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IGNACIO GARRIGA |

11 de noviembre de 2022

La seguridad no puede ser un privilegio de unos pocos poderosos

Las políticas multiculturales que se han demostrado fallidas en toda Europa reproducen sus efectos en las principales ciudades españoles, con especial gravedad en los barrios catalanes.

El debate político ha estado cooptado durante años en nuestro país con la existencia de dos partidos hegemónicos y una serie de formaciones de corte separatista, más preocupados todos en cuestiones de índole interno que en permitir un diálogo abierto y constructivo sobre el futuro de España. La aparición de otros dos partidos (Podemos y Ciudadanos) tampoco sirvió para alterar esta situación, pues a pesar de las diferencias de forma y de fondo entre estas formaciones, la realidad es que en los grandes debates sus conclusiones eran muy similares.

La entrada de VOX en las instituciones dinamitó todos estos consensos y permitió reabrir los debates que habían sido proscritos por el resto de las formaciones políticas, los grandes poderes económicos y los grupos mediáticos. Se inició entonces una batalla para acabar con unas políticas impuestas a espaldas de los españoles y que sólo habían contado con el apoyo de ese gran consenso que reúne los intereses de la izquierda radical con el centroderecha; de los colectivos anticapitalistas con la presidenta del Banco Santander; y de los partidos separatistas con las élites de Bruselas.

El multiculturalismo que ha fracasado en toda Europa también lo ha hecho en España, ha destruido todo lo que dábamos por sentado

Un consenso que ha actuado y actúa como fuerza de choque, como fuerza opresora, de todos aquellos que se han levantado frente a su yugo. Una serie de políticas impuestas que han transformado política, económica y socialmente nuestro país hasta hacerlo prácticamente irreconocible si nos remontamos unas décadas atrás. Basta con ver la situación de los barrios y las ciudades españoles, especialmente en Cataluña, tras décadas de políticas multiculturales.

El multiculturalismo que ha fracasado en toda Europa también lo ha hecho en España, ha destruido todo lo que dábamos por sentado, todos los resortes que reforzaban las clases medias y trabajadoras y hacían de nuestra sociedad una sociedad fuerte. Una élite que no conoce ninguno de sus problemas ha decidido que su bienestar no es prioritario, que la seguridad debe ser un producto de lujo al que solo los poderosos tengan acceso.

El crecimiento de la violencia y la inseguridad contribuye a la degradación de nuestros barrios, ya debilitados por la difícil situación económica que atraviesa España desde hace años y por la crisis del estado de bienestar y los servicios públicos. Todo ello tiene consecuencias directas en la vida de los ciudadanos que, sin embargo, son permanentemente insultados por políticos, tertulianos y teóricos expertos cuando sencillamente explican la realidad que se encuentran cada día al abrir la puerta de su portal.

Ruido y más ruido para tapar las consecuencias de su estrepitoso fracaso y más dinero público para continuar financiando a todos aquellos que hacen posible que la rueda multicultural siga girando

La criminalización ha llegado también a las instituciones. Basta con preguntar por la situación de los barrios para ser tachado de extremista, por más que cada mañana las noticias de sucesos se empeñen desgraciadamente en darnos la razón sobre nuestras denuncias. Ni una medida para controlar el problema, ningún plan para garantizar la seguridad de los ciudadanos. Ruido y más ruido para tapar las consecuencias de su estrepitoso fracaso y más dinero público para continuar financiando a todos aquellos que hacen posible que la rueda multicultural siga girando.

Estas semanas han intentado amordazarme en el Parlament de Cataluña por denunciar la inseguridad de nuestra tierra. Han apretado el acelerador para tratar de hacernos agachar la cabeza, para que guardemos silencio y para que asumamos uno a uno todos sus postulados. Su última prioridad es hoy el drama que muchas familias de trabajadores honrados viven en barrios tomados por delincuentes como La Florida.

Hay que devolver la voz al pueblo español y que sean ellos los que decidan

No aprendieron nada de Francia, no aprendieron nada de Suecia, no aprendieron nada de Bélgica y no aprenderán nada de Cataluña.  Si de las políticas del consenso depende, nadie tomará decisiones necesarias y urgentes para contener la inseguridad que ataca uno de los valores más preciados que tienen los españoles, su libertad

Hay que devolver la voz al pueblo español y que sean ellos los que decidan. Nunca más una élite nacional y extranjera decidiendo a espaldas de todos cuestiones tan importantes como nuestra seguridad, nuestra prosperidad, nuestra libertad y nuestro futuro.

Ignacio Garriga es Secretario General de VOX

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