Autoescuelas de taxis de Barcelona ofrecen descuentos y facilidades para que los conductores de vehículos de alquiler con conductor (VTC) que han perdido su empleo tras la marcha de Uber y Cabify de la capital catalana den el salto al taxi, donde se calcula que hay 1.000 plazas de asalariados a cubrir.
Las dos multinacionales de VTC decidieron abandonar Barcelona después de que la Generalitat aprobara la nueva regulación del sector, que obliga a precontratar este tipo de servicios con un mínimo de 15 minutos de antelación, plazo que presumiblemente ascenderá hasta la hora en el caso del área metropolitana de Barcelona.
El portavoz de Élite Taxi, Alberto Álvarez, ha explicado a Efe que, al conocerse las intenciones de Uber y Cabify, algunos de los conductores de VTC se organizaron y contactaron con los taxistas para que les ayudaran a pasar de un sector al otro.
«Al final son trabajadores como nosotros y en el taxi hay trabajo de sobra», ha subrayado Álvarez, que se halla en plena ronda de contactos con las autoescuelas de Barcelona para que faciliten, a las personas que acrediten que han perdido su empleo en VTC, el acceso a los cursos para obtener el carné de taxista.
Una de las empresas con la que ya hay un acuerdo cerrado es la Autoescuela Solano, que es la más grande de Barcelona que imparte cursos para este tipo de licencia.
La principal facilidad que se les ofrece es la posibilidad de financiar el curso, que cuesta 445 euros, a coste cero, de tal modo que solo se les pide un depósito inicial de 100 euros y se les permite pagar el resto «cuando puedan».
Asimismo, se les hace una leve rebaja, de unos 50 euros, y se les garantiza un puesto de asalariado en una de las empresas del sector cuando superen el curso, cuya primera convocatoria a la vista es del 8 al 12 de abril.
«Muchos de los que han perdido su trabajo son personas mayores con problemas para encontrar un trabajo, y en el taxi cabemos todos, da igual la edad, la religión o la ideología, lo que importa es que conozcan la ciudad», ha defendido Álvarez.
Con las nuevas incorporaciones, los taxistas confían en poder cubrir el mayor volumen de trabajo derivado de la marcha de Uber y Cabify.
De hecho, para favorecer que haya más taxis en la calle, el Instituto Metropolitano del Taxi (Imet) ha permitido que en los fines de semana trabajen 2.000 vehículos más de los que lo hacen ahora, hasta un total de 7.000.
Además, para cubrir el pico de demanda que se espera con motivo del Congreso Mundial de Móviles, el MWC, durante los cuatro días que dure el evento se permitirá que trabajen los más de 10.000 taxis que hay en el área metropolitana, igual que de 18 horas a 6 de la madrugada del fin de semana anterior.