Bermudas ha aprobado un proyecto de ley en el que se especifica que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer
En un contexto en el que la tendencia general es la progresiva adecuación de las distintas legislaciones estatales a los dogmas de la ideología de género, el territorio británico de Bermudas ha abolido el ‘matrimonio homosexual’. De esta manera, se ha tornado en el primer territorio en restaurar la natural definición de matrimonio después de haberla alterado (mediante una sentencia de una sentencia del Tribunal Supremo favorable a las uniones gays).
En este sentido, el Parlamento del territorio británico de ultramar ha aprobado un proyecto de ley, Ley de Asociación Doméstica, en el que se especifica que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer; proyecto que han apoyado 24 diputados y han rechazado, aduciendo los ya manidos argumentos de la discriminación, 10 parlamentarios.
En cualquier caso, la ley aprobada establece varios derechos legales para las parejas del mismo sexo – entre los que no se incluye el derecho de adopción – y no se aplicará de modo retroactivo: así, no invalidará los matrimonios del mismo sexo contraídos antes del ocho de diciembre.
Lo cierto es que el matrimonio gay fue aprobado en Bermudas en contra de la voluntad popular. No en vano, en 2016 los habitantes de este territorio se pronunciaron, en plebiscito, mayoritariamente reacios a la redefinición del ancestral término del ‘matrimonio’. Sin embargo, este casi unánime posicionamiento del pueblo no bastó al Tribunal Supremo, que arguyó que rechazar el matrimonio de parejas del mismo sexo es ‘incompatible con las disposiciones de la Ley de Derechos Humanos, ya que constituyen un tratamiento deliberadamente diferente sobre la base de la orientación sexual’.
Un momento clave
La restauración del matrimonio natural en Bermudas llega en un momento crítico para los defensores de la familia. No en vano, ésta ha sido severamente dañada tanto en Austria como en Australia, donde el término ‘matrimonio’ ha sido redefinido: de designar la unión entre un hombre y una mujer ha pasado a designar también la unión entre personas del mismo sexo.
En este sentido, el Parlamento australiano legalizó el ‘matrimonio gay’ después de una encuesta postal, de carácter no vinculante, en la que los ciudadanos del país se manifestaron mayoritariamente proclives a redefinir el concepto de ‘matrimonio’. Cabe apuntar, no obstante, que durante la campaña la mayor parte de los medios de comunicación se posicionaron con el sí, así como que proliferaron las agresiones tanto físicas como verbales contra los partidarios del ‘no’.
Por su parte, en Austria la legalización del ‘matrimonio gay’ no siguió un cauce político, sino judicial (la mejor forma de saltarse a la torera la voluntad del pueblo). De este modo, un juez del Tribunal Supremo dictó una sentencia en la que impelía al poder político a legalizar el matrimonio homosexual arguyendo que, de no hacerlo, discriminarían a todo un colectivo del país.