Blanco y en botella y no era leche,eran las blancas bicicletas que la bienintencionada alcaldesa de Madrid ha colocado en los lugares mƔs insospechados.
Son unos estilizados artilugios elĆ©ctricos que con un esfuerzo al alcance de la abuela de Caperucita te permiten disfrutar de turĆsticos y deleitosos paseos por calles y bulevares.
La abundante y constante contaminación ambiental de la Capital te garantiza que la vis ecológica de los artefactos no consiga rebajar los niveles en sangre de CO2 del pedaleante.
El casco no es necesario para subirse en la bici, a 30 o 40 kms por hora y rodeado de automóviles,nuestras cuidadosas autoridades no han considerado que el casco sea necesario. Para las motos sĆ, claro. Es que si imponemos la obligatoriedad del casco en las bicis decimos adiós al negocio de los alcaldes. Ā”Increible!
En el PP no salen de su asombro. Las blancas ideas de Botella son la rechifla en GƩnova. Ni los ecologistas ni los turistas van a sumar un voto a las urnas del Partido Popular.
La Ćŗnica ventaja contrastada del uso de las bicicletas de marras es que no necesitas enfrentarte a uno de esos inteligentes parkimetros reciĆ©n inaugurados y que dejan en juego de niƱos las ancestrales sangrĆas con sanguijuelas.