Siguen los efectos colaterales de las elecciones europeas. La teoría inicial en el PP era que como sus votantes apenas han cambiado de bando y simplemente se han quedado en casa, con cuatro carantoñas son recuperables. A medida que pasan los días y que alcaldes y presidentes de comunidad ven acercarse las elecciones y las encuestas siguen dándoles la espalda, los aullidos de socorro se hacen constantes.
Son muchos los cargos públicos del PP que temen, con razón, que sus votantes darán la patada a Rajoy en su particular trasero y les mandarán para casa. Hay que reaccionar y cuanto antes. Primero fue la mal llamada bajada de impuestos, como mucho se retrocederá la esquilmada del gobierno Rajoy, pero, por si no basta, ahora el PP habla de escuchar a la calle: menos ayuntamientos, menos aforados, elección directa de alcaldes y poco más… Sigue el maquillaje.