Los móviles no son una droga pero, al igual que los estupefacientes, provocan adicción. Un psicólogo estadounidense explica por qué de produce esta adicción y cómo podemos combatirla.
La tecnología debería mejorar nuestra vida, pero en lugar de eso muchas veces lo que hace es impedir que disfrutemos de ella. Y la mayor fuente de ansiedad actualmente es un dispositivo que siempre nos acompaña.
De promedio pasamos tres horas diarias mirando el móvil, mientras que antes de la aparición de los ‘smartphones’ le dedicábamos solo 18 minutos.
Adam Alter, profesor de psicología y mercadotecnia en la Universidad de Nueva York, señaló a la revista ‘Time’ que el permanente deseo de comprobar si hemos recibido nuevos mensajes en un ‘smartphone’ es una forma de adicción.
Precisa que las adicciones no están vinculadas con el placer, sino con la mitigación de una angustia psicológica, como la soledad, las consecuencias de ser objeto de acoso o la incapacidad de conseguir que nos pasen cosas buenas en la vida.
«No importa cómo calmamos esa angustia, ya sea jugando a un juego que nos sume en un estado de distracción o tomando un medicamento: a la hora de calmar esos males psicológicos el comportamiento y las adicciones a las sustancias son muy, muy similares«, subraya el psicólogo.
Vivimos en la era de la ansiedad. Y los móviles pueden calmarla, pero al mismo tiempo son también capaces de aumentarla. Adam ofrece algunas recomendaciones para mantener control sobre el manejo de los móviles.
1. No diga «no puedo»
Para conseguir cambiar su conducta, dígase: «No miraré el móvil durante más de una hora» en lugar de «no puedo mirar el móvil más de una vez cada hora». Adam explica que cuando decimos «no puedo» sentimos como una fuerza externa que nos dice qué podemos y qué no podemos hacer.
«La motivación y la toma de decisiones humanas funcionan mejor si sentimos que se originan dentro de nosotros. No nos gusta cuando nos dicen qué debemos y qué no debemos hacer«, precisó.
El psicólogo citó un estudio que investigó el éxito de varias mujeres que se habían propuesto hacer ejercicio físico. Aquellas que se decían «no puedo saltarme el gimnasio» tuvieron éxito solo en un 10% en comparación con el 80% de éxito de aquellas que se decían «no voy a saltarme el gimnasio».
2. La proximidad es tentadora
Es aconsejable mantener el móvil en un lugar alejado cuando no exista la imperiosa necesidad de tenerlo a mano. Dejarlo en el rincón opuesto de la habitación es una buena opción. «Este método es más eficaz que resistir al deseo de mirarlo teniéndolo cerca», comentó Adam.
Pero si necesitamos tener cerca el móvil, se pueden desactivar todas las notificaciones no importantes. Por ejemplo, el sonido que notifica la entrada de un mensaje. De esta manera «en vez de que sea el móvil el que le diga ‘míreme’ será usted quien decidirá cuándo hacerlo».
«Le quita de esta manera el control a su móvil y lo retoma usted mismo«, explicó Adam.
3. Establezca un máximo de tiempo
¿Quería echar solo una ojeada al móvil y se ha quedado enganchado a la pantalla más de una hora? ¿Chequea su email, Facebook, Twitter e Instagram… e inmediatamente los vuelve a chequear? Los psicólogos describen este fenómeno como ‘bucle lúdico‘, una sensación similar a la que producen las máquinas tragaperras.
Este bucle sucede cuando una persona se sume en una experiencia adictiva que la sumerge en un estado hipnótico de tranquilidad que le obliga a realizar una misma acción una y otra vez. Este estado de bienestar dura hasta que algo la distrae.
Lo que hay que hacer es asegurarse de que esta interrupción sea planeada de antemano, de tal manera que no caigamos en el bucle durante tres horas.
Adam recomienda usar el cronómetro de cuenta atrás, presente en cualquier teléfono móvil, para marcarnos el máximo de tiempo que queremos permitirnos estar pegados al móvil.
4. Reemplazar el hábito
Otra manera de evitar mirar tanto el móvil es dejar bien lejos el aparato y poner cerca un libro. De esta manera sustituimos una mala costumbre con una buena. Cuando le entren ganas de chequear el móvil, abra el libro.
Otra variante es borrar Instagram del móvil después de comprobarlo, lo cual le obligará a volver a descargárselo para ver las actualizaciones. También podemos colocar el ícono de Kindle en el centro de la pantalla. Así, cada vez que tomemos el móvil de manera automática nos será más fácil leer un libro que entrar a Instagram. De esta manera chequear el móvil se convierte en algo bueno.
5. Doctor Jekyll, prepárese para la llegada de Mr. Hyde
En esa famosa obra el protagonista sabe que va a convertirse en un monstruo por la noche, por lo que se encadena en el sótano y atranca la puerta para no poder salir de él. Tomando decisiones inteligentes de antemano para lidiar con un problema, usted se asegurará de que no va a hacer nada tan estúpido como chequear su móvil de manera obsesiva.
¿Le han invitado a cenar en casa de unos amigos y sabe que si se lleva el móvil a la mesa tendrá la tentación de comprobarlo constantemente? Entonces déjelo en su abrigo y tendrá que combatir la pereza para levantarse de la mesa cada cinco minutos.