Desde la última crisis, conseguir financiación se ha vuelto mucho más difícil. Aunque la situación económica haya mejorado sensiblemente, el acceso a liquidez de los consumidores no está ni de lejos al nivel al que estuvo en hace unos 10 años.
Un buen ejemplo de ello son las hipotecas. Mientras en su momento no era extraño conseguir hipotecas por encima del 100 % del valor del bien, hoy en día, para los consumidores con ingresos medios es difícil encontrar hipotecas que superen el 80 %.
Así las cosas, ¿cómo se pueden mejorar las probabilidades de que nos concedan financiación?
El primer factor importante a la hora de decidir si se nos concede un préstamo o no es ver el ratio entre nuestros ingresos y la cuota de devolución. Si la devolución mensual del préstamo va a suponer más de 30 – 35 % de nuestros ingresos, tendremos un punto negativo importante. Lógicamente aumentar nuestros ingresos es un factor que siempre facilitará el que nos den liquidez.
Otro factor importante es nuestro pasado financiero. La mayoría de entidades de crédito considera más fiable una persona que tenga experiencia con los préstamos y créditos y que haya demostrado que los paga a tiempo, que una persona que nunca ha solicitado financiación. Por tanto, no siempre hay por qué ser reacio a aceptar un crédito si se nos presenta en buenas condiciones por el simple hecho de que no queremos endeudarnos, ya que quizá nos ayude a conseguir mejores condiciones en el futuro.
Otra forma de mejorar las condiciones es ofreciendo una seguridad extra al prestamista. El caso más común es conseguir una persona que nos avale y responda por nosotros en caso de que no podamos pagar. En la misma línea podemos poner una garantía. Desde una hipoteca, hasta pignorar una inversión, cualquier cosa que demuestre a la financiera que recuperará su dinero de una forma u otra, hará sea más factible que nos acepten.
También conviene echar un vistazo a nuestra póliza del seguro de vida, ya que es posible que cubra la devolución de préstamos impagados y esto sin duda disminuirá los intereses a pagar.
Si vamos a utilizar el préstamo para algo en concreto, una reforma que revalorice nuestra casa, un negocio que queramos emprender, etc, presentar una factura proforma puede mejorar las condiciones, ya que si la entidad sabe que el dinero se usará para algo productivo que genere ingresos o una revalorización, lo considerará menos arriesgado que si vamos a usar el dinero en un viaje o en una nueva consola de videojuegos.
Finalmente, debemos barajar la posibilidad de reducir la cantidad a pedir. Cuanto menos pidamos, menor será el riesgo de impago y, por tanto, más posibilidades de que acepten nuestra solicitud de préstamo.
Con estos consejos, podrás mejorar las opciones de que acepten tu préstamo. En todo caso, existen empresas financieras dedicadas a la financiación que conceden préstamos online con unos requisitos mucho más laxos, si bien es cierto que los intereses son también más altos.
En definitiva, cada consumidor debe encontrar el equilibrio ideal para su situación entre precio y requisitos exigidos.