«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Crítica: La cumbre escarlata, un cuento bello y perturbador

Sería un error ponerse delante de La Cumbre Escarlata esperando una película de terror. Hay fantasmas, sí, pero la intención de Guillermo del Toro no es asustar. La Cumbre Escarlata es casi un homenaje a Edgar Allan Poe, un relato victoriano deslumbrante de forma más ‘burtoniana’ que nunca y perturbador en un fondo que acaba quedando opacado por el envoltorio.

Tras el experimento de ciencia ficción de Pacific Rim, Del Toro regresa a su mundo de retorcida fantasía valiéndose de un caserón encantado que rezuma sangre, fantasmas, tragedias y romances prohibidos. Mia Wasikowska, que es ya una habitual en las películas históricas, encarna con encanto frágil a una joven escritora rodeada de fantasmas que contrae matrimonio con el apuesto y enigmático Thomas Sharpe (Tom Hiddleston). Tras una terrible tragedia familiar, los recién casados se mudan a la mansión de los Sharpe en Inglaterra, donde conviven también con la misteriosa hermana de Thomas, Lucille Sharpe (Jessica Chastain), que guarda oscuros secretos entre las paredes teñidas de sangre.

/p>

Los muy diferentes Mia Wasikowska y Tom Hiddleston poseen una química agradable en los momentos justos y no es ninguna sorpresa que Jessica Chastain, sin duda una de las mejores actrices del panorama actual, regale nuevamente una magnífica interpretación en un registro que era inédito en ella. La actriz comunica misterio, locura, belleza y romanticismo en una mezcla escalofriante que se sitúa, por su complejidad, como uno de los mejores aspectos de la película.

Acompañada de una banda sonora sobresaliente, La Cumbre Escarlata es un cuento romántico técnicamente brillante donde asustan los fantasmas metafóricos y donde el amor es sufrimiento y tragedia. Sin embargo, a pesar de su pretendida profundidad, la obviedad de ciertos puntos de un guión que bebe de un cine gótico que ya hemos visto en repetidas ocasiones opaca el factor sorpresa que se espera de Del Toro y, en consecuencia, cae como un castillo de naipes en la segunda mitad de la cinta.

/p>

Pero los defectos de La Cumbre Escarlata quedan eclipsados por la desbordante imaginación de Guillermo del Toro, el detallismo de cada plano, las metáforas góticas y, por qué no, por la tragedia del amor y la sangre que dan como resultado una película imperfecta pero intrigante, bella y hundida en la locura.

Puntuación: 3/5 

TEMAS |
.
Fondo newsletter