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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Crítica: Mortdecai, hecha un cuadro (1,5/5)

A Johnny Depp siempre le han sentado bien los personajes excéntricos… hasta que le han dejado de funcionar. Tal es el caso de Mortdecai, la nueva película de comedia y acción que protagoniza con un reparto de grandes nombres en el que nadie está inspirado ni pretende estarlo y que tiene como resultado un trabajo vacío, tedioso a pesar de su acción y que, en sus 107 minutos, logra pocas veces convertirse en la sátira con gracia que pretendía ser.

Basada en el personaje Charlie Mortdecai del cómic de Kyril Bonfiglioli, Mortdecai es la historia caricaturesca de un Lord coleccionista de arte que es contactado por los servicios de inteligencia británicos para ayudar a esclarecer un crimen en el que hay un asesinato y el robo de una valiosísima pintura de Goya. En plena crisis matrimonial a raíz de haberse dejado un ridículo bigote -una subtrama que sonrojará hasta al más fan de Depp-, Lord Mortdecai (Johnny Depppone en marcha toda su excentricidad y su caradura para encontrar la pintura, que le sacará de la bancarrota, antes de que lo hagan las autoridades británicas, encabezadas por su rival, Martland (Ewan McGregor), que pretende robarle a su mujer, Johanna (Gwyneth Paltrow), desde que coincidieron en la universidad.

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La crítica estadounidense ya llevaba avisando durante meses del deficiente resultado de Mortdecai. Lamentablemente, los augurios se han vuelto ciertos. Johnny Depp exagera hasta el hartazgo el histrionismo de su personaje, Gwyneth Paltrow disimula su incomodidad ante su papel sin gracia y casi rozando la anécdota, e incluso Ewan McGregor no consigue rascar nada de un personaje que, a priori, pretendía ser la contraposición a la locura de Lord Mortdecai sin dejar de perder la (supuesta) gracia de la película. Sólo el guardaespaldas del protagonista, un adicto al sexo sin remedio interpretado por Paul Bettany, logra el propósito de la película y sacarnos alguna sonrisa en las dos horas de disparates.

Uno podría pensar que no es la misión de Mortdecai salirse de un guión que busca de forma pretendida unos personajes caricaturizados, prácticamente esbozados y estereotipados, si a priori la película solo busca la pura diversión y la gamberrada. Y, sin embargo, algo falla cuando el producto de Koepp pierde el rumbo sin remedio. Mortdecai se hunde en un humor infantil basado únicamente en los ademanes de un Johnny Depp que caricaturiza aún más a su Jack Sparrow y en unos diálogos que se pierden en su objetivo de conseguir la pretendida sátira y terminan pareciéndose a los de la saga de Austin Powers.

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Concebida como una película para el lucimiento personal de Johnny Depp, Mortdecai posiblemente cumplirá las expectativas de los fans más acérrimos de la faceta excéntrica del actor, aunque para el resto, lamentablemente pronto caerá en el olvido. Irrisoria y tediosa, sólo permite sacar un par de enseñanzas: que Koepp tiene que encontrar urgentemente un camino claro que seguir y que Depp pide a gritos una regeneración.

Puntuación: 1,5/5

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