En la separación llega el momento de reflexionar de qué hablamos cuando hablamos de amor. Autopsia de un amor es un documental sobre formas de vivir y maneras de sentir, sobre la recuperación después de una ruptura traumática, la vida después de la tormenta emocional y los delgados límites -a veces diluidos- de la pertenencia y la identidad. A través de imágenes metafóricas y poesía, el autor de la cinta, Arturo Prins, desnuda sus vivencias sentimentales y construye de forma crítica un rompecabezas de ideas sobre el significado del amor desde los testimonios de decenas de personas aunque, al final, la última pieza sea la del espectador.
Rodando entre 2003 y 2013 con recursos técnicos limitados, el director de la cinta -y también actor- arranca Autopsia de un amor desde un túnel oscuro en el que parece no haber salida. Tras terminar su relación, los años parecen haber olvidado el sentido. Perdido, vaga de un lado para otro preguntando en calles, bares, habitaciones y jardines qué es el amor, qué es la pertenencia y la dependencia, qué es la convivencia y por qué el castillo de naipes se estaba derrumbando sin que se diera cuenta. En la construcción de un documental nada más y nada menos que sobre un concepto como el amor romántico, Prins se rodea de su familia y sus conocidos, pero también de frases e imágenes de la cultura popular para desgranar todas las variantes que influyen en la relación de pareja, a veces con gran acierto y, otras, desviándose hacia un pesimismo que brilla con intensidad a medida que progresa el documental.
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Onfray, Nietzsche, Godard o Buda se respiran en un documental que, aunque universal en el concepto que trata, busca una forma nueva de hacer cine. Las metáforas se desarrollan desde el primer minuto en el que el autor, roto de dolor, se deja caer abandonado en un paraje nevado, atraviesa los túneles oscuros en sus vías del tren personales, se cruza con mimos con caras tristes y ve la luz al final de ese recorrido, que no será el último. Cortan la pantalla, como cuchillos, pensamientos sobre las relaciones del ser humano, y mujeres jóvenes leen en francés, el lenguaje del amor, pasajes y citas de los grandes autores de la filosofía.
Todo este compendio de razonamientos, opiniones y vivencias solo pueden ser posibles en una película que huye del convencionalismo y que se deja fluir sin atarse a estructuras, con un desorden tan lógico como la progresión del amor perdido que retrata, y con altas dosis de intentos artísticos que rompen cualquier molde. Desmontando de forma interesante las ideas sobre el amor romántico que el cine nos suele bombardear, Autopsia de un Amor es una apuesta valiente sobre las cuestiones emocionales que, en sus dos horas, busca una respuesta convincente sobre los pilares de nuestras vidas, tan diferentes las unas de las otras con sus experiencias, vivencias, triunfos y abandonos. Aunque al final la conclusión más personal sea, como siempre, la del espectador.