«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El patriarca Twal: 'El Corán llama a la violencia en muchos versículos'

Terroristas del ISIS

El patriarca, en cualquier caso, abunda en la necesidad de que se produzca un verdadero diálogo entre cristianismo e islam para que esta última religión pueda superar sus más graves carencias como cosmovisión.


Tras el éxito del libro-entrevista del cardenal Raymond Burke, la editorial Homo Legens acaba de publicar El otro Francisco, una obra que permite al lector adentrarse en la figura del actual Sumo Pontífice, Jorge Mario Bergoglio, de la mano de sus colaboradores, familiares y amigos.
Entre las entrevistas que recoge la obra, cabe destacar la del Patriarca Latino Emérito de Jerusalén, Fouad Boutros Ibrahim Twal. No en vano, en ella reflexiona sobre el diálogo interreligioso, sobre la conflictiva relación entre islam y violencia y sobre la situación existente hogaño en Tierra Santa en un tono políticamente incorrecto.
El patriarca, que conoce en profundidad la realidad de la religión sarracena, abunda en el libro-entrevista en la necesidad de que se produzca un verdadero diálogo entre cristianismo e islam para que esta última religión pueda superar sus más graves carencias como cosmovisión:  ‘Si esperamos que el islam respete los derechos humanos, la espera será larga. El hecho de que los derechos humanos no sean respetados es, en todo caso, una razón más para comprometerse en el diálogo con el islam. Si no entablamos relaciones con el islam, será inútil que esperemos que, por sí solo, lleguen a comprender, respetar y reconocer los derechos humanos’, asevera el religioso.
En esta misma línea, Twal elogia la apuesta del Santo Padre Francisco por el diálogo con el islam; apuesta que, de acuerdo con él, debe continuar a pesar de la proliferación terrorismo y violencia de cariz yihadista:  ‘El desafío para los cristianos europeos de hoy es ser más abiertos hacia culturas, religiones y tradiciones distintas. Es indudable que los recientes actos terroristas y de violencia por parte de los islamistas radicales obstaculizan el diálogo interreligioso, pero el Papa tiene que dejar la puerta abierta al diálogo, prestando atención a sus afirmaciones acerca del islam’, señala el patriarca, quien se muestra convencido de que el diálogo constituye el mejor modo de acercar a los hombres a la verdad encarnada por la Iglesia católica’.
En cualquier caso, y a pesar de las ditirámbicas palabras que dedica al Santo Padre, rechaza esa idea – también expresada por el Pontífice – de que el germen de la violencia se halla en todas las religiones:  El Papa, al decir que la violencia existe en todas las religiones, catolicismo incluido, y que no se puede acusar a una sola religión, implícitamente está sugiriendo que existe una violencia católica. Y esto es equivocado. No hay ninguna prueba que testimonie la existencia de fundamentalistas católicos que estén actuando por el mundo; que la cabeza de la Iglesia católica sugiera una idea como ésta es, sencillamente, sorprendente. La fe católica no justifica de ningún modo el uso de la violencia; el Corán, en cambio, lo hace en muchos versículos’.

El conflicto religioso en Tierra Santa

En este sentido, el patriarca ha abundado en la forma que adopta el diálogo interreligioso en Tierra Santa; diálogo que, de acuerdo con él, se ve enturbiado por las cuitas políticas. ‘En Israel y Palestina, en cambio, el diálogo entre religiones y culturas distintas tiende, más bien, a configurarse como diálogo político. Como bien sabemos, la política se basa sobre la preocupación de sus propios intereses, no sobre la búsqueda y la posible consecución de lo que es justo’.
Preguntado por la causa de la fragilidad occidental frente a la pujanza islámica (no sólo de los yihadistas, sino de los musulmanes en general), Twal no apunta sino al rechazo de las raíces cristianas. Según él, de esta manera, uno de los grandes males que aflige a la Europa hodierna es la escasez de líderes ‘dispuestos a defender de manera clara la Cruz de Cristo’.

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