En España, que cuenta sólo entre Policía, Guardia Civil y Fuerzas Armadas con más de 1500 perros de trabajo, no hay ley alguna que vele por la vida de estos animales cuando ya no pueden trabajar.
‘Con la que está cayendo en España, y La Gaceta hablando de perros’ pensará, quizá, alguno de nuestros lectores. Pero en este reportaje no hablamos sólo de perros. Hablamos de los perros que han encontrado a supervivientes de terremotos, de los que han rastreado aeropuertos, estadios de fútbol y centros comerciales atentos a la presencia de explosivos o de los que han limpiado kilómetros enteros de minas antipersona a lo largo y ancho del mundo.
Hablamos de Tara, especialista en detección y localización de sustancias estupefacientes de la Unidad de Guías Caninos de Cádiz; de Bruce, un perro que llevó a cabo la terrible pero necesaria labor de localizar a los cadáveres del accidente del Alvia que iba a Santiago; de Chusky, que rescató de entre los escombros a numerosos supervivientes del terremoto de Haití… y de tantos y tantos perros de trabajo para los que la Asociación Héroes de 4 Patas busca una jubilación feliz.
La agente de Policía Nacional Rosa Chamorro, presidenta de la Asociación, explica a La Gaceta la labor de esta organización integrada por policías y voluntarios -estos también pueden ser civiles- y que comenzó su andadura en 2015.
El objetivo es, explica Chamorro, encontrar una vida a los perros de trabajo que se jubilan, pero también conseguir una ley que regule tanto su jubilación como su vida de trabajo. Porque en España, que cuenta sólo entre Policía, Guardia Civil y Fuerzas Armadas con más de 1500 perros de trabajo -a los que hay que sumar los de Bomberos y empresas de seguridad o rescate-, no hay ley alguna que determine cómo deben vivir estos animales.
Con ese objetivo, Héroes de Cuatro Patas se entrevistó con el entonces ministro de Interior Juan Ignacio Zoido -hoy ya exministro- que se comprometió a trabajar sobre el asunto. La petición para el nuevo titular de Interior, el juez Fernando Grande Marlaska, es la misma. Y parece que no caerá en saco roto, a juzgar por la preocupación que el juez ha manifestado por el bienestar animal en estos años: en 2016 fue galardonado el premio Bienestar Animal 2016 del Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid (COVM) en la categoría de ‘Persona Comprometida’, por su compromiso público con el bienestar de los animales y la promoción de una ley nacional para protegerlos. Ya antes, en 2011, no dudó en posar junto a un galgo abandonado para el calendario de la Asociación Baas Galgo, que denuncia la situación de estos animales.
Una familia para cada perro; un perro para cada familia
En torno a los siete años de vida de un animal, cuando llega la edad de su jubilación, tanto las distintas unidades de Policía, Guardia Civil y Fuerzas Armadas como empresas particulares contactan con Héroes de Cuatro Patas. Ofrecen toda la información sobre el animal que va a jubilarse – su carácter, si es sociable o no con otros perros, si está acostumbrado a tratar con niños…-. Una vez recibida la ficha, la Asociación se pone a trabajar para encontrar a la familia ideal para cada perro. Hay un buen número de hogares deseosos de acoger a uno de estos animales, así que es necesaria una labor de selección. De entre todas las solicitudes, una vez respondido un cuestionario previo, se visita a la familia a priori más adecuada. Y, una vez completada la adopción, se hace un seguimiento de por vida del animal.
Dado que la mayoría de los animales -salvo excepciones- han pasado toda su vida de trabajo en las dependencias de la Policía, el cambio de vida para ellos es más que evidente: una familia, excursiones, salidas al campo… En resumen, una jubilación dorada. En estos tres años de vida de la asociación ya son más de 165 los perros de trabajo que han encontrado esos dulces retiros. Y así piensan continuar hasta que una ley -ley que convertiría a España en pionera y referencia mundial- determine mejor su futuro.