«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Far west catalán

Leo en la prensa de hoy noticias sobre la realidad catalana: “Los okupas se hacen con la mitad de los pisos de la banca en Barcelona”, “la Fiscalía de Cataluña desafía a Torres-Dulce para proteger a Mas”, “CiU pide incluir a Bárcenas en la comisión del caso Pujol y no a Mas”y “ERC pide la comparecencia de Felipe y Aznar por el caso Pujol”. Es evidente que los titulares obedecen a hechos reales que ponen en evidencia la realidad de un país, una comunidad autónoma española, que está desgobernada cuando no enferma. Que los okupas campen a sus anchas es síntoma de una ciudad sin ley. Que la fiscalía, órgano jerárquico de carácter nacional, vaya por libre en Cataluña evidencia una rotura grave del orden constitucional y del estado de derecho continuada. Que una comisión de investigación de unos hechos tan graves como son los del caso Pujol se banalicen con peticiones de charlotada desde las fuerzas nacionalistas, tan críticas en el primer momento con la autoimputación y posteriores no explicaciones del que fuera el padre de la patria, denota comportamientos trapaceros tendentes a lo mafioso que desprestigian el Parlamento catalán y se ríen de su funcionamiento. El tercio de catalanes, según la macroencuesta del 9-N, tan agobiados por su pertenencia a España, haría bien en mirar de puertas para dentro y exigir un mínimo de seriedad, cuando no una dosis de buen gobierno.

No entiendo nada. Cuando las instituciones no actúan de acuerdo con su función entramos en el desgobierno que acaba en la ley del far west. ¿A qué autoridades sensatas puede convenir el descredito de su país? ¿Alguien me lo explica?​

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