«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Felipe, tu sobrino ¿es intruso o es estafador?

Hay algo en sus “morritos” que le vincula con Felipe González. Incluso hay otros rasgos genéticos innegables. El tolerador de los casos Filesa, Malesa y Time Export; el crack del caso Flick y la pasta de la Fundación Friedrich Ebert (próxima al SPD germano); los convolutos de Guido Brunner; el Ave; la Seat; los fondos reservados; y, por encima de cualquier otro asunto, el “caso Gal”, ¿Cómo no iba a tener sobrino en Andalucía que aspirase a vivir sin trabajar de lo que no es suyo? Qué tal ser “intruso” en una empresa de la socialista Junta Andaluza. “¡Digooo!, y que viva el clan de la tortilla”. Ese en el que asomaba el hocico Manuel Chaves, donde le cascaron los huevos al socialismo español.

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Ahora, el tío Felipe habla de la “gobernanza” global. Y nos da lecciones con auctoritas de pelo blanco con voz grave. “Miren, sin acritud…”. Dice que es “joyero”, debe ser joyero intruso. Él vive de los consejos de administración y de la “puerta giratoria” de empresas a las que “ayuda” a hacer negocios, como Gas Natural. Escribe libros con el golfo de Juan Luis Cebrián (11 millones de euros y echando trabajadores de Prisa a la calle). Además Felipe zongolotinea con Slim, en el México que no tiene Virgen de Guadalupe. Ese Felipe que no ha renunciado a sus euros de pensión como ex presidente, y que nos sigue tratando como a críos agilipollados, le ha salido un sobrino golfete, con pinta –por cierto- de ser de las Nuevas Generaciones del PP. ¿Qué esperaban? 

Lo primero es que Invercaria es un instrumento público de la Junta de Andalucía que depende de la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo. Vamos, que administra dinero de todos.

Resulta que el sobrino, Juan María González Mejías fue contratado en 2005 como director de Promoción de Invercaria, con un sueldo de 61.000 euros, incluidos todos los conceptos salariales. ¡Un chollazo! Dos años después, el sobrino de Felipe González remitió un correo al presidente de Invercaria, comunicándoles que se iba ese mismo día. ¡Ciau, marramiau! 

Alguien había dado el cante y se tiñó de finiquito lo que en realidad era deuda que el sobrino tenía de préstamos personales que había recibido de Invercaria. ¡Hay que ver! qué cara es la juerga sevillana.

Sospechoso, la indemnización ascendió a 26.540,08 euros, y el préstamo a 26.500 euros. La nómina, que correspondía a sólo diez días, incluía el pago de 14.714,29 euros en concepto de horas extras y 15.848,82 euros como finiquito. “Pa empatar”, ¡niño! De casta le viene al galgo.

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