Jordi Pujol se quitó por fin la careta. Lo que algunos escribíamos (recuerden La Pasta Nostra) ha sido reconocido en buena medida por “el President”. Ahora piden que le quiten sus privilegios de expresidente, que, por cierto, hizo aprobar él. Hubo un tiempo en que el catalanismo político era criticado por algunos (es mi caso) por corrupto. Luego devino en independentismo y la corrupción se convirtió en segunda razón para estar enfrente de Convergencia i Unió. A pesar de lo mucho que sabemos de las actividades de algunos de los hijos de Pujol. El patriarca del nacionalismo parecía intocable. Todo se ha venido abajo y hasta en el movimiento CiU ( yo no le llamaría partido) están consternados y se quitan el polvo del hombro con un gesto cruel..
La pelea ha sido dura. Todos los que la hemos dado; hemos pagado por ello. No les hablo de ninguneos, de desprecios, de insultos, de estigmas o de pérdida de oportunidades sociales y/o profesionales. Lo peor ha sido el hastío al que lleva que el “venerado” tuviera más credibilidad que las denuncias sobre su comportamiento. Por suerte, ese hastío lo ha roto el propio Pujol.
Gracias a los catalanes que se la jugaron por que la verdad resplandeciera conspirando contra el régimen que montó un totalitarismo informativo impropio de una sociedad democrática. Gracias a los que hablaban, a los que hicieron que se conociera una cara de CiU oculta: son una élite extractiva de la sociedad catalana. Gracias a los políticos que cuestionaron a Pujol la superioridad moral, sea Pasqual Maragall (“Ustedes tienen un problema, se llama 3%”, luego se achantó, pero…l) o a Alejo Vidal-Quadras que le hizo posición sin entrega y denunciaba el nacionalismo como coartada. Gracias a los compañeros periodistas (pocos) que actuaron refractariamente a los comportamientos irracionales de aquellos que por ser Pujol, se lo perdonaban todo. Ellos dieron a conocer decenas de caos de corrupción, sin producir el menor efecto. Gracias incluso a los que descubristeis la estatua en el Maresme al mas puro estilo Enver Hoxa, el dictador albanés. Gracias a los que dijisteis “Nosaltres no som d’eixe món». Hemos ganado.