Hablar en el debate sobre el Estado de la Nación de lo que uno hará dentro de un año es, para mi, vender huno.
Según parece el gran anuncio de Rajoy después de explicarnos que España superó la espada de Damocles del ‘rescate’ será adelantar pistas de la nueva y salvífica y balsámica y portentosa y novedosa reforma fiscal para aplicar dentro de un año con vistas a hacer de España el paraiso de contribuyente feliz.
Qué lejos están aquellas ideas tan del PP de que para salir de la crisis había que bajar impuestos ya y reducir el gasto público. Qué poco dura la ciencia cuando uno manda y no se atreve a dejar de gastar. ¿Nos merecemos tan poco?