«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Iceta, el ‘mortadela hormonada’

La diferencia entre el PSOE y el PSC es que en el primero es la belleza quien decidirá entre 3 elegidos (otros se quedaron por el camino, en el PSC el heredero es Miquel Iceta, el palafrenero de los capitanes del socialismo catalán nacionalistas y burgueses pero dispuestos al pacto con Esquerra. Ya saben nacionalistas alimentados (algunos muy bien) a costa de Felipe González.

¿Pero cómo ca a ser Iceta es el llamado a regeneración alguna si ha sido el Torquemada que echaba a la hoguera a los disidentes dentro del PSC? Pero si Iceta entregó a José Luis Balbás, la saca con los votos del PSC en el 35 Congreso para encumbrar a Zapatero, la tragedia común de los españoles.

Si en el PSC hicieran cola los que fueron expulsados, represaliados, expedientados por Iceta llenarían el Camp Nou. Su trayectoria es “de alucina vecina”. Provenía del PSP de Tierno Galván que en Cataluña tuvo un éxito “descriptible”. Le acogieron en el ayuntamiento de Cornellá (1987-1985). Cuando Montilla se convirtió en alcalde de esta población y luego jefazo del PSC en el Baix Llobregat, le hizo un “quita bicho” glorioso a Iceta, que tuvo que refugiarse en “el Partido”, como ellos dicen. Un partido en el que los críticos le apodaban “el mortadela hormonada”

Tras unos años de”toreo de salón” en el PSC de la calle Nicaragua;  cuando Felipe se llevaba a Narcís Serra a Moncloa para hacer de vicepresidente del Gobierno, Serra se llevó a Iceta como subdirector del Gabinete de Presidencia del Gobierno. Luego le premiaron con dos legislaturas de alivio, en el parlamento español y catalán. Buen botín. En 1999, decidió revelarnos su condición homosexual. Puede que fuera el primer político español en “salir del armario”; sin embargo lo suyo, lo sabía todo el mundo.

Fue ponente del estatuto que Zapatero prometió admitir sin leer cuando saliera de Cataluña. Su único episodio heroico es cuando un ultra se coló en el PSC y le tiró un huevo a la cabeza, mientras le gritaba “¡Rojo de mierda! Algo verdaderamente insólito porque e Iceta, fuera del PSC le conocen los menos. Para entonces el PSC ya era el partido de unos pocos alcaldes amenazados… por CiU.

Ahora cuando el PSC parece el Titanic, Iceta es el único que quiere ser capitán de los de la vieja guardia. Quiere ser primer secretario socialista catalán con el compromiso de que si es el último apagará la luz.

 

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