La crisis causada por la COVID-19 ha dado la oportunidad de pensar en un nuevo concepto de ciudad que, aprovechando una atmósfera temporalmente descontaminada, priorice los sistemas de movilidad seguros, ecológicos y accesibles, que además resultan ser los más saludables y rentables.
«Para alcanzar el derecho a respirar aire limpio no debería ser necesario un confinamiento masivo», ha asegurado Adrián Fernández, responsable de la campaña de Movilidad de Greenpeace que, con motivo de la próxima celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, ha advertido de que la atmósfera ‘poscovid’, más despejada de gases tóxicos, es solo «un espejismo” y ahora toca prepararse para seguir protegiendo la salud pública.
Según las estadísticas del INE, los utilitarios de combustión emiten 59 millones de toneladas de CO2 anuales, lo que les convierte en uno de los principales problemas para cuidar de la calidad del aire en las grandes urbes y en la causa de más de 30.000 muertes prematuras en España y más de 400.000 en Europa.
La ministra de Transición Ecológica, Tersa Ribera, lamentaba hace unos días en el Congreso que haya españoles que pasen más de 17 horas al año de media metidos en atascos de tráfico (42 horas anuales, en el caso de Madrid y Barcelona) y celebraba a la vez que en los últimos meses las emisiones de gases de efecto invernadero se hayan reducido en España hasta un 32% respecto de la media de 2019 (un 17% a nivel mundial).
También indicaba la ministra que los niveles de dióxido de nitrógeno (el gas contaminante que expulsan los tubos de escape de los vehículos a la atmósfera) han caído un 64% de media en las principales ciudades del país por el confinamiento derivado del estado de alarma, unas cifras, dijo, «difíciles pero no imposibles de mantener».
Para lograr ese objetivo, el Gobierno prepara un plan de movilidad que conecte con los acuerdos internacionales, los objetivos europeos y el Pacto Verde, todo ello dirigido a alcanzar la neutralidad de emisiones a mitad de siglo y evitar las peores consecuencias del cambio climático.
Entre los propósitos más destacados de la futura ley de Cambio Climático se encuentra que los vehículos de uso particular y comerciales ligeros que se vendan en España tengan ‘emisiones cero’ de CO2 no más tarde de 2040, para lo cual se fomenta el coche eléctrico y los puntos de recarga y se potencia el uso del transporte público ecológico, la bicicleta, el patinete y otros sistemas de micromovilidad urbana.
“Las ciudades son los primeros agentes políticos que están tomando medidas para implantar hábitos más saludables y seguros de movilidad, aprovechando que esta crisis nos ha dado la oportunidad de repensar o de reconstruir como queremos que sean los nuevos espacios urbanos”, ha declarado el portavoz de Greenpeace.
Y es que, según datos de los grupos ecologistas, las grandes urbes, donde habita el 55% de la población mundial, generan el 75% de las emisiones de CO2 del planeta, y de ahí que se hayan convertido en el principal foco a transformar si se desea que los principales centros de actividad económica sean espacios mas sostenibles y resilientes.
A nivel mundial, Bogotá, Budapest, Amsterdam o Berlín han ampliado sus vías ciclistas y zonas peatonales, y en nuestro país Madrid ha cerrado al tráfico de motor 29 tramos de calles (19 kilómetros), Barcelona va a poner en marcha 21 kilómetros de carriles bici, Vitoria ha reducido el 30% de la ciudad al paso de los coches mediante el modelo de ‘supermanzanas’ y Valladolid va a implantar un plan integral de calles peatonales, vías ciclistas y carriles bus.
En vísperas del Día Mundial de Medio Ambiente, políticos y organizaciones ecologistas coinciden en que la nueva movilidad debería apostar por un modelo sostenible y accesible para todos, que priorice los desplazamientos a pie cuando sea posible y sobre todo el transporte público en las ciudades y, solo cuando sea realmente necesario, permita el uso del vehículo privado eléctrico de cero emisiones, como forma de proteger también la industria del automóvil y evitar su obsolescencia.
Diez razones para hacer de la movilidad sostenible un hábito diario
COMBATIR LA CONTAMINACIÓN
El pasado mes de abril, en las semanas más fuertes de confinamiento por la pandemia, la contaminación atmosférica en Madrid se redujo un 68 % y en Barcelona un 65 %, una situación que los ayuntamientos de las grandes urbes pretenden mantener fomentando la movilidad eléctrica o las áreas de centralidad para evitar las medidas restrictivas de tráfico de años anteriores.
ATASCOS
Existen españoles que pasan más de 17 horas al año de media en metidos en atascos de tráfico (42 horas anuales, en el caso de Madrid y Barcelona), con la correspondiente pérdida económica y de tiempo que eso representa.
Frente a ello, el transporte público -y en especial el Metro- es una alternativa para evitar las aglomeraciones de tráfico en horas punta, lo mismo que bicicletas, motos eléctricas o patinetes, que poseen carriles reservados en las grandes ciudades para facilitar sus desplazamientos.
RUIDO
La contaminación sonora es, según la Sociedad Española de Acústica (SEA), la segunda causa de muerte en cuanto a los agentes contaminantes, después de la polución del aire, y representa también uno de los problemas más graves de las grandes ciudades.
Se calcula que actualmente circulan por España unos 28.000 vehículos eléctricos y se espera multiplicar por cinco esta cifra para 2020. El objetivo de que antes de 2025 la mitad de los coches que se vendan en España se muevan por electricidad y sean casi silenciosos, cambiaría el mapa de los ruidos.
APARCAMIENTO
El problema del aparcamiento de vehículos en las grandes ciudades se ha visto agravado en los últimos tiempos con la llegada de las áreas de bajas emisiones, que han limitado aún más las posibilidades de estacionamiento de los coches particulares de combustión en la almendra central.
Por el contrario, cada vez son más las zonas de estacionamiento delimitadas y reservadas en las grades ciudades a bicicletas, patinetes, motos y vehículos eléctricos, muchas de las cuales están situadas junto a grandes empresas o intercambiadores de transporte para favorecer la movilidad de los trabajadores.
SALUD Y EJERCICIO FÍSICO
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), al menos un 60 % de la población mundial no camina lo suficiente ni realiza la actividad física necesaria para obtener beneficios en la salud, lo que provoca graves enfermedades como la obesidad, el sobrepeso, el colesterol o la diabetes e incluso hace que aumente el riesgo de mortalidad
En cambio, las asociaciones ciclistas aseguran que pedalear o desplazarse a pie con regularidad reduce la hipertensión, el riesgo de enfermedades cardiovasculares, los derrames cerebrales o ciertos tipos de cáncer o diabetes y es una buena manera de combatir el sedentarismo del vehículo privado y de hacer un sano ejercicio.
ÁREAS DE BAJAS EMISIONES
En las denominadas áreas de bajas emisiones (por ejemplo, Madrid Central) solo está permitido el acceso de vehículos de residentes, personas con movilidad reducida y servicios de seguridad y emergencia. Los que posean distintivo ambiental 0 emisiones, pueden circular y estacionar sin restricciones; los ECO, lo pueden hacer en horario regulado un máximo de 2 horas y los de combustión y distintivo C o B solo pueden entrar para aparcar en un aparcamiento público o privado de uso dotacional.
Los vehículos de transporte público y de micromovilidad (bicicletas, patinetes o motos eléctricas) pueden circular y estacionar libremente en estas zonas de bajas emisiones.
COSTES DE MANTENIMIENTO, COMBUSTIBLE Y APROVECHAMIENTO DEL TIEMPO
El precio del gasoil o de la gasolina (aproximadamente 1,06 y 1,16 euros/litro, respectivamente) es más elevado de lo que cuesta repostar un coche eléctrico (alrededor de 1,20€/100 km) y, en cualquier caso, el mantenimiento de un vehículo de combustión es mucho mayor que el de uno de dos ruedas con o sin motor, y significativamente más caro que lo que cuesta un billete de metro o de autobús.
Hay que considerar además que viajar en cualquier medio de transporte público ofrece la oportunidad de leer, estudiar, escuchar música o realizar actividades imposibles de ejecutar cuando se conduce un vehículo.