Las cifras de violencia de género son de sobra conocidas y publicitadas por absolutamente todos los medios de comunicación. Sin embargo, no ocurre lo mismo con los datos de la violencia doméstica.
El Instituto Nacional de Estadística publicaba hace unos meses su balance respecto al año 2016 que ha pasado inadvertido. La cantidad de sentencias amparadas en la Ley Integral de Violencia de Género -alrededor de 28.000- han copado las portadas. Esta cobertura unánime se sustenta en que se trata de una cifra excesivamente alta y en la negación de la existencia de otros tipos de violencia que, como confirma el propio INE, sí existe.
Buceando en las estadísticas aparece la tabla con el total de sentencias firmes por la violencia doméstica, que engloba todos los actos de violencia física o psicológica ejercidos tanto por un hombre como por una mujer, sobre cualquiera de las personas enumeradas en el artículo 173.2 del Código Penal (descendientes, ascendientes, cónyuges, hermanos, etc.) a excepción de los casos específicos de violencia de género. Es decir, el resto de víctimas que no gozan de una protección especial en el ámbito de la violencia intrafamiliar.
3.325 condenados frente a 2.291 condenadas
En 2016 se registraron 6.863 víctimas en asuntos de violencia doméstica con orden de protección o medidas cautelares, un 5,1% menos que en el año anterior. De ellas, el 62,5% fueron mujeres y el 37,5% hombres.
Es decir, se condenó a un total de 3.325 hombres por este delito y a 2.291 mujeres. La diferencia entre ambos fue de unos mil casos, lo que demuestra que en el ámbito de la violencia intrafamiliar ellas también son condenadas.
En términos relativos, especifica el informe del INE, se observa que los asuntos de violencia doméstica fueron más frecuentes entre las mujeres de 18 a 19 años (0,4 por cada 1.000 mujeres de ese grupo de edad).
Más frecuente entre extranjeros
La estadística sobre violencia doméstica refleja también que estos delitos son más habituales entre los extranjeros. En términos relativos (por cada 1.000 habitantes) las sentencias entre extranjeros presentaron una tasa más elevada (0,13) respecto a los españoles (0,11).
Aunque haya más casos de españoles registrados, la proporción es superior entre los inmigrantes en función del porcentaje que este grupo representa en el total de la sociedad española.
Igualmente, en el caso de las víctimas femeninas, las nacidas en el extranjero presentaron una tasa más elevada que las nacidas en España (0,23 frente a 0,17).
Por continentes, la cifra proporcional de víctimas ha sido superior entre las africanas tanto en hombres como mujeres.
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