El Gobierno de Australia ha convocado una encuesta postal, opcional y no vinculante acerca de la redefinición del matrimonio
El lobby homosexualista presta ahora especial atención a Australia, donde el Gobierno ha convocado una encuesta postal, opcional y no vinculante acerca de la redefinición del matrimonio. Un sondeo en el que se pregunta a cada australiano si es proclive o reacio a que el término ‘matrimonio’ deje de designar únicamente – como ha hecho durante siglos – la unión entre un hombre y una mujer.
A pesar de que no sea vinculante, el Gobierno del país, al menos en teoría, guiará su futura actuación sobre las bases de la consulta, que ha suscitado en los últimos meses notable crispación social. No en vano, los partidarios de que se redefina el concepto de ‘matrimonio’ han perpetrado numerosos ataques contra aquéllos que, por el contrario, desean que siga designando la realidad natural que ha designado durante siglos.
En las últimas semanas, algunos vandálicos partidarios del ‘sí’ al matrimonio gay se han centrado su objetivo en las iglesias australianas, sagrados lugares en que han proliferado pintadas con estremecedoras consignas: ‘Los cristianos son nazis’, ‘crucifica a los votantes del no’, ‘apalea a los fanáticos’ o ‘vota sí’. Una violencia que, además de no producirse exclusivamente en una ciudad, no se ha descargado únicamente sobre templos católicos. También las iglesias anglicanas y baptistas – y edificios de mormones – han padecido los ataques de grupos LGTB que, a pesar de presentarse a sí mismos como adalides de la tolerancia, no toleran las ideas que les disgustan.
Tal y como ya ha relatado La Gaceta, estos ejercicios de agresividad no se han descargado sólo sobre edificios. No en vano, un sacerdote australiano que defiende el matrimonio natural fue escupido en plena calle por un individuo que, después de secretar su saliva, lo maldijo con un escueto y revelador ‘maldito votante del no’.
Asimismo, el ex primer ministro australiano Tony Abbot, que había expresado sus reticencias a redefinir el significado del matrimonio, fue golpeado en plena calle por un hombre que lucía una insignia arco iris en la pechera.
La postura de la Iglesia ante el referéndum
Pese a lo que estos turbadores ataques puedan traslucir, la respuesta de la Iglesia católica australiana a esta consulta no ha sido, por desgracia, uniforme; algunos purpurados, la mayoría, se han posicionado con el ‘no’ a la redefinición, mientras que otros han mostrado su postura proclive al ‘sí’.
De esta manera, los arzobispos de Melbourne y Sidney han impelido a sus feligreses a votar en contra de la ilegítima alteración del concepto de ‘matrimonio’. Así, el prelado de la capital australiana ha asegurado que los que amen la institución matrimonial deben votar ‘no’: ‘Amamos el matrimonio como ha sido tradicionalmente establecido y queremos mantener lo que es especial sobre esta relación’.
Por su parte, monseñor Bill Wright, obispo de la diócesis de Maitland-Newcastle, ha sugerido en un artículo escrito recientemente para su revista diocesana que existe un argumento de ‘bien común’ para justificar la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo.
Un razonamiento que comparte el purpurado de Parramatta, monseñor Vincent Long: ‘No debería tratarse de una simple respuesta, sí o no, a la encuesta postal. También debería ser una oportunidad para escuchar lo que el Espíritu a través de los signos de los tiempos’, asegura Long en un mensaje que – consciente o inconscientemente – coquetea con el modernismo, esa corriente de pensamiento que niega que Dios se dirija al hombre con mensajes de significado inmutable y que asegura, en consecuencia, que los dogmas deben ser adaptados al contexto histórico concreto.
Esta heterogénea actitud de la Iglesia católica de Australia contrasta con la de la diócesis anglicana de Sidney, que, según recoge Life Site News, ha donado un millón de dólares a la campaña por el ‘no’.