El Ejecutivo del país ha acordado que el plebiscito sobre el aborto se celebre en las postrimerías del mes de mayo y que esté supervisado por una comisión en la que todas las formaciones políticas estén representadas
Después de unos meses de cierta incertidumbre, ya conocemos más detalles sobre el plebiscito sobre el aborto en Irlanda. En una reunión extraordinaria, el Ejecutivo del país ha acordado que éste se celebre en las postrimerías del mes de mayo, que esté supervisado por una comisión en la que todas las formaciones políticas estén representadas y que pida a los votantes su ‘refrendo’ o ‘rechazo’.
En este sentido, convencidos de que los irlandeses votarán a favor de extender el derecho al aborto, los ministros han dado permiso al ministro de Sanidad, Simon Harris, para que empiece a redactar una nueva legislación sobre esta cuestión. Una legislación que, tal y como señalan fuentes consultadas por The Irish Independent, permitiría el aborto hasta la duodécima semana de gestación sin restricción alguna (esto es, que consagraría un sistema de plazos semejante al español).
Tras el encuentro con los miembros de su Gabinete, el primer ministro irlandés, Leo Vradakar, ha reflexionado sobre la necesidad de celebrar el referéndum. De este modo, ha asegurado que es momento de ‘dejar de estigmatizar y criminalizar’ a las mujeres que desean abortar, así como que ‘la decisión está en manos de los irlandeses’.
En esta línea, Vradakar, que ha acabado con cualquier posibilidad de que el Gobierno se limite a ser espectador imparcial del plebiscito, ha mostrado su determinación de eliminar una legislación ‘insegura, sin regular y arbitraria’. ‘Si el referéndum arroja el resultado deseado, se implantará un sistema dirigido por los médicos, seguro y legal’, ha añadido el primer ministro, quien, en 2015, hizo campaña en favor de la legalización del matrimonio gay en Irlanda.
Recordemos, a este respecto, que en Irlanda la vida del no nacido está protegida por la Constitución gracias a una enmienda aprobada en el año 1983; una enmienda en la que se recoge que el nasciturus, su derecho a vivir, debe ser protegido, respetado y defendido del mismo modo que es protegido, respetado y defendido el derecho a la vida de la madre. De este modo, la legislación irlandesa es muy restrictiva con el aborto: sólo está permitido en caso de que exista riesgo para la vida de la progenitora.
Es con esa valiosa legislación pro-vida con la que pretende acabar el liberal Gobierno irlandés.
Las maniobras de Soros
En este contexto, el magnate globalista George Soros, que no desperdicia oportunidad de inmiscuirse en los asuntos internos de los países, ha ofrecido su apoyo en forma de billetes a los partidarios del aborto en Irlanda.
De este modo, tal y como ya relató La Gaceta, la Open Society Foundation – propiedad de Soros – ha donado generosas cantidades de dinero encaminadas a fortalecer la campaña proabortista. Las beneficiarias de este dinero han sido Amnistía Internacional Irlanda (137.000 euros), la ‘Irish Family-Planning Association’ (132.000 euros) – la filial de Planned Parenthood en Irlanda – y a la Abortion Rights Campaign (25.000 euros).
Unas donaciones que, de acuerdo con la legislación irlandesa, son ilícitas. No en vano, según denunció Citizen Go, la Comisión de Normas Públicas de Irlanda establece en su web que es ilegal recibir fondos de organizaciones foráneas con objeto de influir en la política estatal del Gobierno.