«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Lo de Merkel, ‘pan comido’

  • Lejos de mi ánimo el tratar de defender desde esta página al ex presidente italiano Silvio Berlusconi. Bastante tiene con lo suyo. Y los italianos con aguantarle. Pero hoy El País me lo pone fácil. Leo una deliciosa crónica de Pablo Ordaz, corresponsal en Roma del citado periódico, que me aclara todas esas ideas absurdas y preconcebidas que yo tenía hasta ahora sobre la izquierda y la derecha. Dice Ordaz que “las broncas políticas de Italia se parecen a los líderes de sus partidos. Las del centroizquierda son muchas, previsibles y aburridas. Las del centroderecha son únicas, estridentes, construidas a base de coacciones, amenazas y juego sucio”. Toma del frasco. Cualquier lector, por poco avispado que sea, asociará inmediatamente a la derecha –italiana o no, revuelve Ordaz que algo queda– con una pandilla de facinerosos violentos y además ruidosos. Como si la izquierda italiana –desde los tiempos del corrupto Craxi, muerto en el exilio para no responder ante la justicia de su país– fuera un ejemplo de unidad. Digo

    Craxi por no remontarnos más allá. Aquí hay para todos, amigo Ordaz. No le quepa duda.
    Paso de la información a la opinión, cosa que en El País no siempre es fácil, para sumergirme en un pesadísimo artículo de uno de nuestros históricos rojos de cabecera… y de los más queridos: Ignacio Sotelo. Atribuye el anciano profesor el triunfo electoral de Merkel, el nuevo demonio de la izquierda, la militante y la de salón, a un grito del pueblo alemán en plan: “Virgencita, que me quede como estoy”.
    Sotelo se entretiene en explicarlos la excelente campaña hecha por el SPD, los socialistas de allí, que han denunciado las “grandes deficiencias de la Alemania de hoy”. Debe ser por eso por lo que han perdido y la canciller ha obtenido un 41,5% de los sufragios. Sotelo reconoce la abismal diferencia en porcentaje entre sus conmilitones y la CDU de Merkel, pero no la entiende. Nosotros sí. Para Sotelo, “pensar que las elecciones del 22 de septiembre (en Alemania) eran decisivas… es ignorar todo de Alemania, sin conocer lo más mínimo la situación real de Europa”. Claro. Porque han perdido los suyos.

    Nos ofrece El Mundo en su portada una impagable foto del líder obrero de sueldo desconocido, Cándido Méndez, con el brazo –derecho– en cabestrillo. Tienen que verlo, por Dios. Una lastimita. Viva estampa del patético estado del sindicalismo español. Más que de la lucha obrera parece que viene del frente de batalla. De la famélica legión es obvio que no, a tenor de la reciente afición de ésta gente por el marisco. La verdad es que subalimentado no se le ve, no. A buen seguro que el orondo Méndez no tiene los problemas que sí padecen ya miles de españoles que no pueden pagar sus facturas de luz y teléfono o alimentar a sus hijos.

    No hay Así está el patio que se precie que no termine con un buen Sopenazo. Brama el veterano periodista catalán en su Plural.es, cual Zola redivivo: “Yo acuso al director de RNE de vetarme como periodista”. Vamos, que no le llaman a las tertulias. Con lo que a él le gustaría. Además, en la radio pública se paga bien. Lo que hay que oír. Y que leer. Los más jóvenes tal vez no recuerden los tiempos en los que éste hombre dirigía la mencionada emisora. Yo sí. Un prodigio de objetividad y pluralismo.

    O más recientes, en los que otro director General, simpatizante del mismo partido al que él propio Sopena profesa tanta devoción, llegó a suspender las tertulias políticas en la radio pública. Todo para echar a los tertulianos de derechas. ¿Se acuerdan?

TEMAS |
.
Fondo newsletter