El consejero delegado de Oxfam, Mark Goldring, calificó las críticas a la ONG de «desproporcionadas», tras el escándalo sexual en el que directivos y cooperantes se vieron implicados en Haití en 2010, en una entrevista divulgada por The Guardian.
Goldring ha cuestionado la «intensidad» y la «ferocidad» de los ataques vertidos desde varios sectores a esa organización no gubernamental, sumida en una profunda crisis después de que otro periódico británico, The Times, destapara el comportamiento sexual de varios de sus voluntarios y trabajadores con personas a las que supuestamente debían ayudar.
Según una investigación divulgada el pasado lunes por ese diario, Oxfam llegó a encubrir orgías y empleados de la ONG contrataron a prostitutas en Haití, tras el terremoto que asomó ese país.
Goldring ha repetido sus disculpas por los «fracasos» de la organización y ha reconocido que se deben acometer grandes reformas, al tiempo que ha alertado de que la controversia ha afectado a donativos «vitales».
«La intensidad y la ferocidad del ataque hace que nos preguntemos ¿qué hemos hecho? ¿Hemos asesinado a bebés en sus cunas? Sin duda, la magnitud y la intensidad de los ataques es desproporcionada frente al nivel de culpabilidad. No lo comprendo», señaló este directivo.
También lamentó que todo lo que se dice ahora desde Oxfam «es manipulado».
Tras la polémica, la ministra británica de Desarrollo internacional, Penny Mordaunt, anunció este viernes que Oxfam dejará de percibir ayudas públicas hasta que «pueda cumplir con los altos estándares que se esperan de ella».
Ese ministerio es el primer gran donante de Oxfam que anuncia la retirada de ayudas desde que se hiciera público el escándalo hace ocho días.
En base a las cifras percibidas por la ONG en 2017, esa decisión del Ejecutivo podría costar a Oxfam unas 87.000 libras (98.000 euros) diarias en ayudas.
«Claramente, Oxfam tiene un largo camino antes de poder recuperar la confianza de los ciudadanos británicos», señaló Mordaunt, que precisó que su «prioridad es cumplir con los más pobres y vulnerables del mundo al tiempo que se les mantiene a salvo».
The Times también indica este viernes que además del dinero que Oxfam recibía del Gobierno, más de 80 millones de libras (unos 90 millones de euros) en donativos están ahora «en riesgo» por la magnitud que ha cobrado el escándalo.
Según ese diario, la multinacional Ikea, que tiene 25 millones de libras (28 millones de euros) comprometidos con esa ONG, mantiene actualmente «conversaciones urgentes» con directivos de la organización a fin de averiguar si con esos donativos se financiaron irregularidades.
Los proyectos apoyados por Ikea afectan a más de 200.000 mujeres y niños pobres de Bangladesh, Etiopía, Indonesia, Pakistán y Uganda.
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