A pesar de la cantidad de tinta consumida en torno al escándalo Pujol, en mi cabeza se mueven algunas ideas que no consigo aclarar suficientemente. Partamos, como siempre, de hechos. Y es un hecho que de modo voluntario el ex-Presidente y ex-líder del nacionalismo “moderado” —es un decir— formuló un comunicado público en el que se autoacusó de haber poseído y continuar poseyendo una fortuna en el extranjero que jamás declaró a la Hacienda española. Es evidente que conocía el declarante que esta autoacusación iba a generar un movimiento político de envergadura, como así ha sido. Pues bien, mi pregunta es, ante todo, una muy concreta: ¿por qué ha llevado a cabo semejante autoacusación? ¿Cual es su sentido profundo?
Las respuestas que leo no me convencen. Asegurar que lo hace porque estaba a punto de salir esa información por virtud de pesquisas de la UDEF, no me convence en absoluto. Siempre es preferible — en su posición— esperar y poner en marcha los mecanismos descalificadores propios del sistema que sustenta al independentismo catalán para lanzar a la opinión la tesis del victimismo. Asegurar que ante la evidencia de los hechos delictivos declara de modo voluntario porque sabe que no va a ir a prisión debido a su edad, es desconocer el derecho penitenciario. Si va o no a prisión no será por virtud de su fecha de nacimiento, sino por consideraciones de otro orden que cada día se evidencian más.
Sostener que su finalidad es librar a sus hijos de posibles responsabilidades penales, es igualmente desconocer el Derecho Penal. No va a depender en puridad jurídica de semejante autoacusación. Otra cosa es que consiga que los jueces que en su caso juzguen sean “permeables” a sugerencias políticas, pero en ese caso la razón sería una suerte de pacto espurio contra legem con el gobierno central en el que tendrían que involucrar a magistrados dispuestos a ello. No es descartable, claro, pero por el momento no consta.
Incluso alguno sostiene que, siendo consciente Pujol de que su declaración afecta al proceso soberanista, habría estado dispuesto a realizarla buscando el daño que provocaría a la causa secesionista, en un pacto con el gobierno central en el que, a cambio de ese daño, se conseguiría la inmunidad penal propia y de su familia. Me creo lo que sea, visto lo visto, y conociendo los fondos del Sistema no descarto ninguna hipótesis. Pero esta me resulta un tanto surrealista porque en el fondo no estoy convencido de que la declaración de Pujol vaya a afectar seriamente al proceso soberanista. Una cosa es que pueda debilitar a Mas, por ser hijo político de Pujol, lo cual es incluso discutible en cuanto a su efecto real, y otra es que afecte al proceso secesionista de modo letal. Potenciará, muy posiblemente, y dejando a salvo el efecto Podemos, a ERC. Al final el proceso se mueve en un eje de ordenadas y abscisas compuesto de un costado por intereses y de otro por emociones construidas lentamente en un proceso “deseducacional” alterando elementos básicos de la Historia. De este modo, “lo de Pujol” servirá para convencer a los ya convencidos, pero poco más, porque, al final, guste o disguste, los intereses y las emociones conseguirán, no solo situar esa declaración en el ámbito “personal”, como ha dicho Mas, sino, incluso, disculpar diciendo cosas como esta que ya se escuchan en ciertos ambientes: “si, es verdad, pero Pujol ha hecho mucho por Cataluña”
Otra explicación consistiría en tratar de evitar la investigación sobre el origen de los fondos, al situarlos en el producto de una herencia. Ridículo, porque nadie se tiene por qué creer semejante aserto. Puede ser cierto o falso, pero si es cierto tendrá una prueba documental poco compleja. Pero es que lo mas trascendente de esa declaración es, precisamente, el origen y la cuantía de los fondos ocultos. Porque, instalado en Cataluña el rumor del famoso 3% de comisión, y siendo vox populi —cierta o falsa— el cobro de comisiones por “servicios” del clan Pujol, creerse que con esa explicación se va a cortocircuitar el proceso investigador de los fondos, me suena a ridiculez. Otra cosa es que por vía de pacto espurio con quien sea, Gobierno central incluido, se consiga evitar que ese origen se investigue, pero esto es harina de costal muy diferente.
En fin, que no me cuadra nada. Ahora resulta que va a ser llamado al Parlament catalán y no se sabe si en una comisión “ordinaria” o de investigación. La diferencia no es baladí: a la primera es voluntario asistir. A la segunda obligatorio y el alcance de las facultades investigadoras es diferente en cada caso.
La explicación de CIU de que no hay que investigar porque es “hacer leña del árbol caído”, es mas profunda de lo que parece, porque sería tanto como decir que Pujol se convierte en árbol caído a cambio de silenciar lo ocurrido en Cataluña con la gestión política, la posible corrupción política de la Autonomía y su sistema de partidos dominantes, durante los últimos 30 años.No me cuadra y llevo días pensando que esto tiene que tener algún fondo que desconozco. Pero que un hombre como Pujol en el final de su carrera política, convertido hasta ese día en un icono del independentismo, en un «padre de la patria catalana», que se autoinmole sin mas llevado de un repentino y tardío impulso de conciencia, que por motivos de arrepentimiento espontáneo entone un mea culpa acompañado de un «lo siento, no volverá a suceder», me suena a broma amarga. Sospecho, pero solo sospecho posibilidades para justificar la decisión, pero como no me consta certeza alguna me veo obligado al silencio. Pero presiento, y solo presiento, que no tardaremos en ver algún tipo de movimiento político o judicial que pueda aportarnos alguna clave a este asunto.