Los científicos estiman que estamos a punto de vivir el mínimo solar, cuando la disminución de la actividad del Sol provoca el aumento del número de rayos cósmicos galácticos que alcanzan la atmósfera superior de la Tierra, informa el diario ‘The Sun’.
Aunque su auge está previsto para 2019, una profesora de la Universidad de Birmingham (Reino Unido), Yvonne Elsworth, estima que «un cambio fundamental» en la naturaleza de la dinamo magnética del Sol puede estar ya «en progreso», como indica que la velocidad de rotación del astro rey «ha disminuido un poco en latitudes próximas a los 60 grados».
¿Por qué es importante?
Elsworth y sus colegas estudiaron las ondas sonoras procedentes del Sol durante los últimos tres mínimos solares para ver cómo cambiaron durante los diferentes períodos de actividad.
«El Sol se parece mucho a un instrumento musical, excepto que sus notas típicas están en una frecuencia muy baja: unas 100.000 veces más baja que el Do central», con lo cual emplean una técnica llamada heliosismología para estudiar esos sones y descubrir «qué sucede en su interior «, explicó la investigadora.
En cualquier caso, la termosfera —capa externa de la atmósfera a unos 85 kilómetros por encima de nuestras cabezas— corre riesgo de contraerse y allí se encuentra la Estación Espacial Internacional (EEI).
Aunque Elsworth indica que todavía «no estamos muy seguros de las consecuencias» de ese fenómeno espacial, se sabe que puede causar ‘duchas de aire’ compuestas por partículas que representan un peligro para la salud de los astronautas o provocar un mal funcionamiento de satélites y redes eléctricas.
Cuando a finales de junio la NASA advirtió sobre el acercamiento del próximo mínimo solar, el investigador Dean Pesnell también mencionó que podrían llegar más rayos cósmicos galácticos a la atmósfera superior de la Tierra debido a que «el campo magnético del Sol se debilita y proporciona menos protección», una circunstancia que «puede representar una mayor amenaza para los astronautas que viajan por el espacio».