El texto de un empleado -ya exempleado- de Google criticando la política de género del gigante informático ha indignado a muchos, empezando por la compañía. Pero, ¿es tan descabellado lo que dice?
Lo llaman manifiesto antidiversidad y es, en realidad, la opinión del ingeniero de Google James Damore -despedido este martes por la mañana- criticando las políticas de género aplicadas por la empresa.
Su difusión íntegra en la web Gizmodo ha provocado diversas reacciones, muchas airadas, hacia una opinión que consideran machista. Pero, ¿qué dice el análisis del trabajador de Google?
Cosas como que la política de diversidad tiene un vicio de base porque se basa -valga la redundancia- en una visión políticamente sesgada hacia la izquierda. Cualquier razonamiento que se salga de ese círculo de corrección política será inadmitido.
El manifiesto señala, además, que «las opciones y las capacidades de hombres y mujeres divergen, en gran parte debido a causas biológicas, y estas diferencias pueden explicar por qué no hay una representación igual de mujeres (en posiciones) de liderazgo».
Habla, también, de la mayor inclinación de los hombres hacia trabajos que impliquen manejar ‘cosas’ y de la mayor capacidad de las mujeres para desenvolverse en trabajos que impliquen tratar con personas. Apela a la mayor empatía femenina como una virtud y señala como un peligro la mayor exposición de las mujeres al estrés.
Una lectura completa del manifiesto evidencia un enorme desacuerdo de su autor con la política aplicada en la empresa – «que llega a discriminar algunos trabajadores al favorecer a los considerados colectivos más desprotegidos»- pero, más allá de eso, ¿tienen algún sentido sus afirmaciones?
Universidad de Harvard: la profesora Jill Goldstein midió, mediante imágenes obtenidas por resonancia magnética, las dimensiones de varias regiones corticales y subcorticales (profundas) del cerebro. Encontró que determinadas zonas de la corteza prefrontal, sede de las funciones ejecutivas, son más voluminosas en las mujeres que en los hombres. Como se tiene la creencia de que las diferencias de tamaño de las estructuras cerebrales reflejan su importancia relativa, se podría “deducir” del estudio que en las mujeres estas funciones de planificación, organización y control de impulsos, están más desarrolladas que en los hombres, señala el estudio.
Admitiendo que haya análisis científicos que digan lo contrario de lo que afirma en este Harvard, parece que señalar diferencias entre hombre y mujer no es algo tan descabellado.
Hay más ejemplos:
Sandra Witelson, de la Universidad McMaster, observó que en el cerebro femenino hay mayor densidad de neuronas en ciertas regiones asociadas a la comprensión y procesamiento del lenguaje.
El hipocampo es una estructura del cerebro fundamental para la representación espacial. Según muestran las imágenes de resonancia, esta estructura es mayor en las mujeres que en los hombres. Y se supone que esa diferencia podría guardar relación con la distinta forma en que hombres y mujeres se orientan en un recorrido. Así, los hombres tienen tendencia a guiarse por la estimación de las distancias y la localización en la que se encuentran, mientras que las mujeres parecen basarse en puntos concretos de referencia, explica Larry Cahill, de la Universidad de California, en un artículo publicado en Investigación y Ciencia.
Cuestión de adrenalina
Más diferencias expuestas por estudios científicos: La amígdala, una estructura en forma de almendra encargada de responder a la información emocional con descargas de adrenalina, es, por norma, mayor en el cerebro masculino. Además, los hombres tienen sobredimensionada el área premamilar, una región del hipotálamo que está vinculada con la defensa del territorio, que además es más activa.
El estrés
La revista Muy Interesante difundía otro estudio, esta vez realizado en Filadelfia y publicado en la revista Psiquiatría Molecular. «El cerebro de las mujeres es más sensible a la acción de una hormona que orquesta la respuesta del organismo ante el estrés». Algo parecido a lo que decía el ingeniero de Google.
La respuesta de Google
En respuesta al documento filtrado, la nueva vicepresidenta de diversidad del gigante informático, Danielle Brown, envió un correo electrónico a los empleados dejando claro que esas opiniones, las del manifiesto ‘machista’, «no son un punto de vista que la empresa respalde, promueva o aliente». Autocrítica sobre las quejas del empleado, ninguna.
Este martes la compañía emitía un comunicado firmado por Sundar Pichai, CEO de la empresa, en la que denunciaban que el autor del escrito había «cruzado una línea al dar cabida a estereotipos de género en nuestro espacio de trabajo». «Sugerir que un grupo de compañeros tienen rasgos que les hacen biológicamente menos preparados para un empleo es ofensivo y no está bien», decía.
Poco después el propio Damore enviaba una carta a la agencia Bloomberg confirmando su despido que atribuye al empeño de Google en «perpetuar los estereotipos de género».
En conjunto, Google emplea globalmente a un 31 % de mujeres, proporción que se reduce al 20 % en puestos relacionados con la tecnología y al 25 % en los de liderazgo, según datos de enero.
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