Un amable lector nos da unos datos que por su importancia creo que no deben perderse en un comentario.
Esto es lo que nos dice:
«LOS JESUITAS DE NAVARRA Y EL PAIS VASCO
Como no podía ser de otra manera, los jesuitas también son mejores en esto: liderando la agonía de las órdenes religiosas en España.
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El enlace adjunto nos lleva al directorio de jesuitas de la antigua Provincia de Loyola (Álava, Navarra, San Sebastián y Vizcaya).
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Los datos dejaron de actualizarse hace un par de años, pero de los 246 jesuitas que aparecen en el mismo, por lo menos han fallecido 39 y alguno ha cambiado de provincia sin que me conste que se hayan producido nuevas altas, por lo que, a día de hoy, quedan unos 200 jesuitas en las tres provincias vascas y Navarra.
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El desglose por edades es el siguiente:
= >100 años: 2
= > 90 años: 17
= > 80 años: 86
= > 70 años: 48
= > 60 años: 27
= > 50 años: 14
= > 40 años: 9
> 30 años: 1
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La media de edad de los jesuitas adscritos a las provincias citadas, una vez descontados los 40 fallecidos que aún aparecen en la web de los jesuitas, a fecha de hoy es de 76,7 años. «Para mayor Gloria de Dios».
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Y el Prepósito General, así como la inmensa mayoría de los jesuitas, más preocupados en su huida hacia adelante que en volver a la vía ignaciana para evitar su extinción en un plazo de no más de 20 años.
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También «Para mayor Gloria de Dios».
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http://www.jesuitasdeloyola.org/jesuitas-de-loyola/directorio-de-jesuita… «
Pues está dicho todo. Apenas doscientos jesuitas con una edad media de 76,7 años.
Si a ellos les descontamos los nonagenarios y centenarios, de los cuales muchos ya no estarán para nada y los que estén para algo no será más que para rezar, nos quedan 180 jesuitas. De los que 86 son octogenarios. No pocos de ellos alejados ya de todo ministerio y los que todavía los desempeñen, con cortísimo mañana.
No es nada arriesgado suponer que en cinco años los jesuitas en activo en las Vascongadas y Navarra serán menos de cien.Y buena parte de los hoy septuagenarios serán ya octogenarios. Por lo que considerando en activo a los de ochenta y poco esa cifra de menos de cien se reducirá a unos ochenta. Y casi la mitad septuagenarios. Con menos de sesenta años quedarán unos veinte. Y menores de cuarenta tres o cuatro.
Pues ya me dirán ustedes si eso no es la crónica de una muerte anunciada a cortísimo plazo.
¿Qué a algunos les molesta que ese panorama se ponga de manifiesto? Pues yo no tengo la culpa del mismo. La culpa está en otros. Todos conocidos.