Mientras la rendición incondicional no llegue, permitannos que no aplaudamos cuando nos toman el pelo
Ram Manikkalingam ‘el verificador’ está de lo más asombrado. Según él, ETA ha hecho el gesto de los gestos y las instituciones españolas, las francesas ni te cuento, se lo han tomado casi a risa. El pensaba en un reconocimiento público de toda una nación y con lo único que se han encontrado es con una bronca del Gobierno, está vez hasta ha hablado claro, y una citación en la Audiencia Nacional. Pobre, su gozo en un pozo, la literatura española está llena de grandes autores como para impresionarnos por este sainete.
Tanto tiempo ETA tomándonos el pelo con comunicados y monsergas que nos ha pillado con la piel dura. A la gente de bien no le basta con el ‘top manta’ de las tres pistolitas, quiere pasar página de una puñetera vez. Por querer, queremos: detenciones de los que faltan, esclarecer todos los atentados, petición de perdón y arrepentimiento, renunciar a la violencia explicitamente por todos aquellos que ahora usan la ‘vía política’ y unos años de claros comportamientos democráticos, humanos mejor, para reinsertarse en la normalidad. Lo que se asimilaría a una rendición incondicional. Mientras esto no llegue, permitannos que no aplaudamos cuando nos toman el pelo.