«Estaba yo en la finca de la ganadería dándole de comer a tres vacas a la vez, y él se me había puesto detrás sin darme cuenta, me dio con el morro en el hombro y yo me quedé en blanco, no sé cuánto duró aquello… Le di la manzana que llevaba en el bolsillo y me fui retirando poco a poco, y se quedó mirando. Luego empecé a hacerle cosas y todo que le hacía me lo admitía…». Así describía José Luis Pejenaute en el Heraldo su primer encuentro con el toro Capitán. Años después eran inseparables.
En una de sus últimas entrevistas concedidas, en 2015 y cuando José Luis contaba ya con 82 años, explicaba el amor que le unía a este toro bravo con el que había recorrido la geografía española, de encierro en encierro. Años de cuidados y mimos para convertir a Capitán en casi un perrito faldero.