Acaba de cumplirse el primer año de la victoria electoral que aupó a Giorgia Meloni hasta la Presidencia del Consejo de Ministros de la República Italiana. La líder de Fratelli d’Italia revolucionó las elecciones transalpinas de 2022 valiéndose de su carisma y acompañada de un discurso que condensó en su programa Pronti a risollevare l’Italia. Los 25 puntos que lo componen abarcan cuestiones como el apoyo a la natalidad y a la familia, el freno a la inmigración ilegal y el refuerzo de la seguridad ciudadana en Italia o la defensa e impulso del sistema agroalimentario italiano.
En las elecciones italianas de 2022, la coalición de centroderecha, conformada por Forza Italia, Lega Nord y Fratelli d’Italia, encabezada por la propia Giorgia Meloni, obtuvo un 42,87% de los votos y 116 escaños. De ellos, el partido que mayor representación obtuvo fue Fratelli d’Italia, con 69 asientos y más de siete millones de votos (cerca de un 26% del total). Por su parte, la coalición de centroizquierda consiguió 61 escaños y un porcentaje de voto de un 26,13%.
Un año después de su victoria electoral, los diferentes sondeos y encuestas nos muestran que el apoyo hacia Meloni, más allá de mantenerse intacto, se ha incrementado. Antes de la visita de la presidenta italiana a Estados Unidos en julio de 2023, el think tank Pew Research Center publicó los resultados de una encuesta que realizaron respecto al apoyo popular que Meloni tenía en ese momento entre los italianos. Dicha encuesta ilustró que seis de cada diez italianos (57%) tienen una opinión favorable sobre Meloni.
Además, coincidiendo con el aniversario de las elecciones, el 25 de septiembre de 2023, el observatorio SWG desveló los resultados de su estudio sobre la intención de voto en Italia. El estudio confirmó que Fratelli d’Italia tiene en la actualidad una intención de voto del 28,7%, lo que convierte al partido de Meloni en la fuerza que goza de mayor apoyo en Italia, seguido por el Partito Democratico con un 19,8%.
Durante este periodo al frente del Gobierno de Italia, la primera presidenta del Consejo de Ministros de Italia de la historia ha sabido labrarse una buena imagen internacional. Ha tomado posturas similares a las de su antecesor, Mario Draghi, apostando por el atlantismo y mostrando un férreo apoyo a Ucrania, postura en la que se reafirmó el 21 de septiembre en la Asamblea General de la ONU.
Ante la ONU, la política romana también declaró «una guerra sin paliativos contra los traficantes de seres humanos», poniendo en el foco a las mafias, en un momento crítico en lo relativo a la inmigración en Italia. La isla italiana de Lampedusa, de poco más de 6.000 habitantes y 20 kilómetros cuadrados, ha sido el escenario que ha evidenciado la gravedad de esta crisis migratoria, pues en tan solo dos días, entre el 12 y el 14 de septiembre, llegaron a la ínsula más de 7.000 inmigrantes a bordo de 120 pateras. Así, en poco menos de un mes, ha habido más de 10.000 llegadas.
Meloni se ha visto, además de en la moderación en su discurso respecto a Europa, como ha acercado posturas a Argelia, para asegurar el suministro de gas, y con Túnez para combatir la inmigración ilegal. Incluso, según los datos aportados por Euroactiv/EuroEFE, el 1 de septiembre de 2023, se estima que la representación de Fratelli d’Italia en el Parlamento Europeo aumente en 19 escaños más.
Entre las medidas que Meloni ha introducido durante su primer año en el Palazzo Chigi, Meloni ha destinado, en sus primeros presupuestos, un gasto de 35.000 millones de euros destinados a la reducción fiscal, el aumento de las pensiones y a ayudas para que los italianos puedan hacer frente a la subida de los precios de la energía. De ese presupuesto, 21.000 millones han tenido el objetivo directo de ayudar a las familias y empresas italianas.
Pese a las dificultades y los retos que se ha encontrado Giorgia Meloni, cerca de cumplir su primer año de mandato, las encuestas relativas a la popularidad e intención de voto confirman la sólida posición de la política romana. Sin embargo, el Gobierno de Meloni tiene todavía muchos retos que asumir: soberanía alimentaria, energética, la lucha contra la creciente inseguridad ciudadana o combatir la inmigración ilegal.
