La cruz que corona la sierra de Albarracín, en el término municipal de Bezas (Teruel), lleva más de tres décadas visiblemente deteriorada. Así lo demuestra un vídeo grabado en 1988 por un vecino del pueblo que desmonta el relato oficial impulsado por el Gobierno autonómico del Partido Popular para justificar su demolición.
A pesar de que el informe técnico alude a un rayo caído el pasado 6 de septiembre como causa del daño, las imágenes grabadas hace 35 años a las que ha tenido acceso Okdiario prueban que la cúspide de la cruz ya estaba rota entonces, y de forma mucho más severa de lo que ahora se pretende hacer creer. Lejos de ser un desprendimiento reciente, los desperfectos son antiguos y conocidos por los vecinos del pueblo, que han convivido durante generaciones con esta cruz imponente.
«Mi primer recuerdo de la cruz es viéndola ya muy desconchada en la parte superior», afirma el autor del vídeo, un bezano de 65 años que ha documentado durante décadas el patrimonio de su tierra. En sus palabras, «el último rayo simplemente agravó un daño preexistente que nadie quiso reparar«.
Aun así, el Gobierno aragonés, en manos del PP, ha preferido pasar por alto este testimonio gráfico y apoyarse en un informe técnico que minimiza el daño antiguo y lo reduce a un simple «desconchamiento». El autor del informe, Emilio Pérez, apenas menciona la antigüedad del deterioro y prefiere centrarse en cuestiones históricas, como el nombre original de la peña —La Botadera—, ignorando que los vecinos siempre la han llamado «Peña de la Cruz».
Y es que, según denuncian los habitantes del municipio, el informe parece construido más con la intención de borrar la cruz que de preservarla. En lugar de plantear una restauración —la opción lógica si se tratase de un simple problema estructural—, se ha optado directamente por la demolición, apelando al «riesgo para las personas» y dejando entrever una motivación política y no técnica.
No es la primera vez que el patrimonio religioso sufre este tipo de ataques. En el mismo vídeo aparece también la escultura de San Francisco de Asís, patrón de los Forestales, robada hace años por manos anónimas sin que nadie respondiera por ello. Hoy sólo queda la peana.
La cruz de Bezas no es un simple monumento. Forma parte del paisaje, da nombre a la peña y es un símbolo para los vecinos. Su inscripción original —18 de julio de 1939. Año de la Victoria— ha sido parcialmente borrada por actos vandálicos, otra muestra de la ofensiva simbólica contra todo lo que remita a nuestras raíces.
Varios residentes denuncian además que el pleno del Ayuntamiento donde se decidió su demolición estuvo claramente condicionado. Según relatan, tanto el técnico como la secretaria municipal presionaron a los concejales insistiendo en que, si ocurría algún accidente, la responsabilidad recaería en quienes votasen por conservar la cruz.
Ante este atropello, el líder de VOX en Aragón, Alejandro Nolasco, ha solicitado la anulación del acuerdo municipal y la paralización de la demolición, aludiendo a los propios argumentos medioambientales esgrimidos en el informe: el metal expuesto tras el rayo podría atraer más impactos.