«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
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Alicante, 1987. Escribe noticias desde que tiene uso de razón. Ha trabajado en radio, prensa escrita y televisión en medios como Radio Intereconomía, El Toro TV y Okdiario. Siempre en los últimos reductos de la libertad de expresión.
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La importancia de llamarse Mónica

30 de marzo de 2023

Ana Obregón abre telediarios y centra el debate político. Se ha comprado una hija en Miami a los 68 años y mediante eso que algunos llaman «gestación subrogada». Lo que tenemos como sociedad es más bien moral subrogada. Tantos millones de personas se han acostumbrado a que otros les digan cuándo y por qué deben indignarse, que sienten la repulsa más que natural ante la compraventa de niños y el alquiler del útero de las mujeres pero no se inmutan ante el aborto. Comprarse bebés, no. Pasarlos por la picadora de carne, sí. Pues como en todo hay grados, y sin estar nada de acuerdo con los vientres de alquiler, me parece menos malo que triturar fetos o quemarlos con una solución salina.

No quiero centrar el debate en la actriz española. Como madre ni me imagino lo que debe ser perder a un hijo como lo perdió ella, y teniendo claro que yo como católica nunca recurriría a que otra mujer gestase a un hijo para mi, también intento no dar lecciones morales a los demás. Esto conviene aprenderlo pronto en la vida: para predicarles a otros hay que ser muy perfectos, y en general ninguno lo somos. Si se tiene tendencia a decir una cosa y hacer otra distinta, se suele acabar protagonizando unos ridículos espantosos. 

Además de que para hacer siempre lo contrario de lo que se pregona hay que tener un talento especial —unido a una absoluta falta de pudor— y, sobre todo, ser de izquierdas. Eso te concede una especie de inmunidad que ni los aforamientos. Puedes nombrarte principal defensora de la Sanidad Pública y hacerte un chalecito en terrenos en los que hay que construir un hospital, ingresar en la Ruber mientras quieres acabar con las clínicas privadas, criticar a exministros por tener áticos de 600.000 euros y comprarte una mansión en Galapagar de un millón… La importancia de llamarte Pablo Iglesias o Carmen Calvo o Irene Montero o, últimamente, Mónica García. No habíamos visto un talento para cabalgar contradicciones así desde la llegada a Moncloa de Pedro Sánchez. Obligando  dimitir a ministros por copiar trabajos de máster teniendo una tesis entera plagiada o yendo a combatir el cambio climático en jet privado. 

Dice Irene Montero de Obregón que ese tipo de maternidad «ejerce violencia contra las mujeres». Soltar 800 violadores o reducirles las penas no es nada violento. Estamos las mujeres encantadas. Y tito Patxi que hay que «impedir que nadie quiera irse al extranjero a alquilar a una mujer para tener a sus hijos». Porque a las mujeres mejor que solo las alquilen mediadores y diputados socialistas para prostituirlas, debe ser. Qué guapos estarían algunos calladitos. Bueno, no. Pero menos feos. 

Y a todo esto, el PP, que no ve charco inmoral en el que no quiera meterse, se abre ahora a regular la gestación subrogada «siempre que no haya mercantilización de la madre» y «se haga de manera altruista». Ya puestos, también podemos abrir el debate de la venta de órganos, siempre que se haga de manera altruista, son tan imposibles una cosa como la otra. Me está dando unas semanas el PP que empiezo a ver a Arrimadas y Villacís con buenos ojos. 

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