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NO IMPORTA NI LA CUALIFICACIÓN NI LA BRILLANTEZ

Biden avanza que la nueva juez del Supremo tras la renuncia de Breyer será mujer y será negra

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Europa Press

Toca renovar el crucial Tribunal Supremo norteamericano tras la renuncia de su más anciano componente, Stephen Breyer, y Joe Biden ya ha hablado de su reemplazo: aún no tiene ni idea de quién pueda nominar, pero sí sabe una cosa: será mujer y será negra.

Es difícil exagerar el poder que tienen los nueve miembros del Supremo de Estados Unidos, sobre todo porque es también el único intérprete legítimo de su sacrosanta Constitución bicentenaria. Eso le ha hecho autor de los cambios sociales más radicales y permanentes, como la imposición del ‘derecho’ al aborto o el ‘matrimonio igualitario’, por no hablar de su papel decisivo en disputas electorales. Recordemos que George W. Bush se impuso a Al Gore porque así lo decidió el TS.

La retirada de Breyer, nominado por el presidente demócrata Bill Clinton, no cambia la composición política del tribunal, teóricamente escorada hacia las posiciones conservadoras gracias a que Donald Trump tuvo la inusual suerte de poder nominar durante su mandato a tres de ellos: Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Coney Barrett, aunque, en opinión de un gran número de trumpistas del núcleo duro, les salieron rana.

Así que no hay demasiado en juego en la nominación que corresponde ahora al presidente Biden, más allá del mensaje que lance con ella. Y, la verdad, no ha podido ser peor. Y es que el presidente ha declarado que aún no sabe a quién nominará para cubrir la vacante, pero sí sabe que, cumpliendo una promesa electoral, será mujer y negra.

Es difícil imaginar hoy una declaración más sexista y racista. No importa la cualificación, la brillantez o la capacidad de la elegida, que siempre sabrá que para el presidente es solo una representante de su raza y su sexo, y que está donde está, sobre todo, por datos tan ajenos a su competencia (o elección personal, incluso) como son ser mujer y ser negra.

Cómo será la cosa que la declaración ha escandalizado a los RINOs (Republicans In Name Only) aliados de Biden. «Me alegro del nombramiento de mujeres negras para el tribunal y estoy convencida de que la diversidad beneficia al Tribunal Supremo”, ha declarado en entrevista con la cadena ABC la senadora republicana Susan Collins. «Pero el modo en el que presidente ha manejado esta nominación es torpe, por decirlo suave». Las palabras del presidente, añade Collins, «confirman la extendida impresión de que el tribunal es una institución política, cuando no debería serlo».

La confirmación del candidato que proponga finalmente Biden se aprobará sin problemas si los 50 senadores demócratas votan a favor, o si consigue el voto de un puñado de republicanos que compensen las defecciones demócratas.

Una posible candidata que cumple los criterios sexuales y raciales del presidente (en principio, prohibidos por la Constitución) es la juez de distrito Ketanji Brown Jackson, de 51 años, por la que ya votara la senadora Collins el año pasado.  

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