¿Dónde he visto antes algo así? Cuando los confinamientos y cierres de empresas en Estados Unidos arruinaron a incontables familias, el Gobierno norteamericano aprobó un plan, anunciado a bombo y platillo, para dar 2.000 dólares a cada uno de los afectados. Cosa de nada si se compara con los 450.000 dólares que la Administración Biden piensa dar a todos los que entraron ilegalmente en el país durante la era de Tolerancia Cero de Trump y quedaron separados de sus familias. Todavía hay clases.
Trump, que ganó esencialmente las elecciones de 2016 por su promesa de poner coto a la entrada masiva de inmigrantes ilegales a través de la frontera con México, instituyó una política de Tolerancia Cero que ha dado excelentes resultados en la reducción del número de indocumentados. Y que ahora, con Biden, podría dar resultados igualmente excelentes en la fortuna de los que lograron entrar.
Mediante esta política, a los que entraban ilegalmente en el país y eran detenidos, se les internaba en instalaciones al efecto, separados de los menores, a quienes se albergaba en centros específicos. Y, claro, esa separación hay que pagarla, y los ilegales sometidos a la política desmantelada por Biden han empezado a demandar al Gobierno.
Lo cuenta el Wall Street Journal: «La Administración Biden está en conversaciones para ofrecer a las familias de inmigrantes que fueron separadas durante la Administración Trump en torno a 450.000 dólares por persona en concepto de compensación».
Naturalmente, entre los republicanos ha habido numerosas voces que han puesto el grito en el cielo ante esta evidente doble vara de medir. Después de todo, entrar en el país ‘por la ventana’ es un delito, no algo que deba tener premio.
«Sería impensable pagar daños a un ladrón que entra en tu casa por el ‘trauma psicológico’ que sufriera durante la comisión del delito», ha declarado en una nota el senador republicano Tom Cotton. «Y, sin embargo, la Administración Biden quiere premiar a los migrantes que entraron ilegalmente en nuestro país con 450.000 por cabeza por exactamente esa razón».
Cotton recuerda que «las promesas de la Administración Biden de conceder la nacionalidad y programas sociales ya han causado la peor crisis fronteriza de la historia. Un enorme pago en efectivo no hará más que empeorar las cosas. Esto es el colmo de la demencia».
En sus demandas, los ilegales alegan que su separación de los niños con los que cruzaron la frontera sur de Estados Unidos agravó problemas de salud y causó traumas que aún no han logrado superar. Sus abogados piden al Gobierno como compensación 3,4 millones por unidad familiar. ¿Será por dinero?