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EL RÉGIMEN ARREMETE CONTRA EL GOBIERNO DEL PAÍS NEOGRANADINO

Colombia rechaza las falsas aspiraciones opositoras de ‘dialogar’ con la narcodictadura venezolana

Fotos: EuropaPress
Fotos: EuropaPress

“El retorno de la democracia a Venezuela es fundamental y cualquier acuerdo que consolide la dictadura será una tragedia continental que solo fomentará el éxodo y la miseria”. Así lo ha expresado el presidente de Colombia, Iván Duque, reiterando la posición de su gobierno respecto al diálogo en México entre el régimen de Maduro y un sector de la oposición.

Por su parte, la vicepresidenta y canciller colombiana, Marta Lucía Ramírez, ha dicho que “si el objetivo de la negociación es un diálogo, eso no va a conducir realmente a un cambio profundo. En cambio, si el objetivo es asegurar que haya una elección presidencial transparente y libre, entonces eso sí puede producir un cambio profundo, y esa es la gran responsabilidad que tienen los países desarrollados que han venido prodigando ese diálogo”.

Como era de esperarse, la vicepresidenta de Maduro, Delcy Rodríguez, le respondió a la alta funcionaria colombiana de manera insolente en su cuenta de Twitter: “Venezuela repudia las declaraciones de la vicepresidenta de la Guerra y la violencia @mluciaramirez quien se inmiscuye en los asuntos internos de nuestra Patria vulnerando la legalidad internacional y haciendo gala de profunda ignorancia de su oficio de Canciller. ¡Ocúpese de sus asuntos!”.

La senadora oficialista colombiana Paola Holguín por su parte, atacó frontalmente a la oposición venezolana por dialogar con Maduro en México, señalando que dichas negociaciones son en realidad una “claudicación” que solo sirven para “oxigenar a la narcodictadura venezolana”.

La posición del gobierno colombiano es clara: las negociaciones en México no lograrán que Maduro expulse a las FARC y al ELN del territorio venezolano, desde donde se planifican la mayoría de los atentados terroristas en contra de Colombia. Tampoco lograrán que el Cartel de los Soles abandone el tráfico de drogas que tanto afecta a los colombianos. Mucho menos impedirán que miles de venezolanos sigan cruzando la frontera en busca de alimentos, trabajo y seguridad.

Mientras tanto, la Superintendencia de Sociedades de Colombia tomó el control de la empresa venezolana Monómeros Colombo Venezolanos S.A. Esto debido a que, en el contexto del diálogo en México, Maduro pidió formalmente que le entregaran la compañía, que hasta ahora estaba en manos del gobierno interino de Guaidó.

Monómeros produce en Barranquilla y Buenaventura la mitad de los fertilizantes que se utilizan en Colombia para el cultivo de alimentos y se calcula que de esa empresa dependen cuatro de cada 10 kilos de los productos alimenticios que los colombianos ponen en su mesa, así que lo que ocurra con ella termina siendo un asunto de seguridad alimentaria.

Una vez más, el régimen venezolano reaccionó destempladamente. Maduro denunció que “hay conspiraciones contra el diálogo”, entre las que se incluyen “órdenes desde el palacio presidencial” de Colombia dirigidas “a miembros de la delegación en México para que rompieran las negociaciones”. Según Maduro, el presidente Duque “está preparando planes” para que la oposición que lidera Guaidó “vuelva a sus aventuras violentas de conspiración”

No olvidemos además, que el gobierno de Duque es el principal impulsor de la investigación por delitos de lesa humanidad que realiza la Corte Penal Internacional (CPI) en contra de Maduro y de sus principales aliados. Y como bien denunció el exembajador Diego Arria, las negociaciones en México incluyen paralizar el proceso que lleva a cabo la CPI argumentando que el sistema judicial venezolano será depurado y, por tanto, será capaz de administrar justicia sin necesidad de intervención internacional. ¡Nada más falso e imposible de creer!

Lo que si es creíble es que los representantes de los partidos sentados en México han secuestrado la toma de decisiones y verdaderas aspiraciones de la mayoría de los venezolanos. Juntos son una minoría que solo busca beneficios propios, sacrificando la democracia, las libertades, la justicia y los derechos humanos.

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