Desde su base de operaciones en La Habana, la delegación del autodenominado Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia ha lamentado la muerte en el curso de una operación militar de su líder, Andrés Felipe Vanegas Londoño, alias «Uriel» y ha criticado que el presidente colombiano, Iván Duque, los exhiba como «trofeos de guerra».
La ofensiva militar contra el grupo terrorista de ultraizquierda, que desde la década de los 60 ha ocasionado más de diez mil víctimas, se llevó a cabo en zona rural del departamento de Chocó, en el Pacifico colombiano, en una operación de inteligencia conjunta del Ejército, la Policía, la Armada y la Fuerza Aérea.
«En esta operación cayó un criminal peligroso que era responsable de delitos como el secuestro, el asesinato de lideres sociales, la persecución y el hostigamiento a poblaciones, el asesinato de soldados y policías y también de conformar y estimular el reclutamiento de menores», precisó Duque en una declaración.
«El terrorismo es el arma de los cobardes y de los que pretenden sembrar zozobra, pero aquí están también las fuerzas de la patria entregándose en todo el territorio para brindarle a los colombianos la construcción de un ambiente de legalidad» Presidente @IvanDuque
— Presidencia Colombia 🇨🇴 (@infopresidencia) October 26, 2020
Además, Uriel utilizaba las redes sociales para hacer apología del delito, agregó el mandatario.
El líder guerrillero era conocido por sus apariciones en medios, videos en línea y tenía cuenta de Twitter.
El ELN, fundado por sacerdotes católicos radicales y con unos 2.000 combatientes, mantiene su actividad terrorista contra las fuerzas del Estado colombiano, realizando ataques a militares y a la infraestructura económica, además de secuestros y extorsiones a civiles.
El ELN, considerado como una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, aunque no por la mayoría de los gobiernos de signo izquierdista de al región, ha insistido al Gobierno de Duque para que inicie un diálogo de paz que permita poner fin por completo al conflicto interno, tras el acuerdo que se logró en 2016 con los terroristas de las llamadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Duque, como sus predecesores Álvaro Uribe y Andrés Pastrana, exige un cese unilateral de hostilidades incluyendo como condición la suspensión de secuestros, el reclutamiento de menores de edad y el uso de minas antipersonales.
