Sobre el papel, la reapertura de la plaza México el pasado 28 de enero debió haber puesto fin a un largo proceso que se extendió más de 600 días y dejó sin actividad taurina a la principal plaza de toros del país norteamericano. Sin embargo, a pesar de que existe una sentencia unánime de la Corte Suprema que avala el regreso de las corridas, una serie de grupúsculos radicales antitaurinos han iniciado otro proceso judicial que podría volver a interrumpir la celebración de los festejos.
Aunque estos colectivos son los primeros que saben que el proceso probablemente no llegará a buen puerto y, por lo tanto, no lograrán sus intenciones, lo cierto es que lo que está buscando este nuevo litigo no es otra cosa que provocar nuevamente la interrupción de los espectáculos y volver a causar un enorme daño a la Fiesta.
En medio de toda esta incertidumbre, y a pesar de los actos violentos que llegaron a protagonizar los antitaurinos en los prolegómenos de la corrida de reapertura, la afición mexicana ha vuelto a responder de manera espectacular en el segundo espectáculo de la Temporada Grande. Ante casi 40.000 espectadores, el francés Sebastián Castella cortó una oreja a cada uno de los toros de su lote y salió por la Puerta Grande. Sus compañeros de cartel, Leo Valadez y el confirmante Isaac Fonseca, escucharon una ovación y un silencio en sus respectivas actuaciones. Se lidiaron toros de Xajay, de juego dispar.



