«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Cambio de Tercio

La Economía del Toro

Diego Sánchez de la Cruz es colaborador habitual en prensa escrita, radio y televisión. Además, es director de la consultora Foro Regulación Inteligente, profesor universitario e investigador internacional del Instituto de Estudios Económicos. En clave taurina, participa en las tertulias y debates del canal Toros de Movistar, así como en otros espacios taurinos de medios, como EsRadio. Su proyecto "La Economía del Toro" es una de las cuentas más influyentes del sector taurino en redes como Twitter (+20.000 seguidores). Ha realizado decenas de estudios económicos y estadísticos del sector cultural taurino. Sus escritos taurinos de índole filosófico y artístico han sido reconocidos con el Premio Zumel de Ensayo Literario-Taurino en tres ocasiones.

La Economía del Toro

Diego Sánchez de la Cruz es colaborador habitual en prensa escrita, radio y televisión. Además, es director de la consultora Foro Regulación Inteligente, profesor universitario e investigador internacional del Instituto de Estudios Económicos. En clave taurina, participa en las tertulias y debates del canal Toros de Movistar, así como en otros espacios taurinos de medios, como EsRadio. Su proyecto "La Economía del Toro" es una de las cuentas más influyentes del sector taurino en redes como Twitter (+20.000 seguidores). Ha realizado decenas de estudios económicos y estadísticos del sector cultural taurino. Sus escritos taurinos de índole filosófico y artístico han sido reconocidos con el Premio Zumel de Ensayo Literario-Taurino en tres ocasiones.

El profesor González Troyano: «En los toros están los grandes temas de la vida»

11 de mayo de 2024

Alberto González Troyano (Algeciras, 1940) ha sido profesor de literatura española en las Universidades de Cádiz y Sevilla. Autor de numerosos libros y ensayos, su trabajo más reciente lleva por título Montesquieu en el ruedo, un brillante ensayo publicado por la editorial El Paseíllo en el que reflexiona acerca de los tres poderes de la tauromaquia: a saber, diestros, ganaderos y público.

Su libro pone de manifiesto que, desde hace más de tres siglos, parte de los entendidos taurinos insiste en que la Fiesta está en decadencia y su esplendor es cosa pasada…

En la conversación taurina se habla mucho de la tradición, tanto para apuntalarla como para defender su evolución. Este no es un razonamiento moderno, históricamente se ha planteado en estos términos. La tensión entre innovación y tradición que está presente desde los mismos orígenes de la Fiesta. Es una dialéctica que enmarca las controversias actuales pero que viene de muy antiguo. En cierto sentido, eso mantiene viva la polémica, porque permite adscribirse al canon y también a la novedad, depende de la mirada que tenga cada uno.

Esa «lucha interna» no solamente no ha impedido sino que probablemente ha favorecido la conservación de la tauromaquia en el siglo XXI

A base de mantener algunos elementos y de evolucionar otros, hemos terminado desarrollando y preservando el arte del toreo. En el ruedo se plasman algunos de los temas o problemas vitales más importantes de todos. La muerte, el riesgo, el miedo… todo eso se expresa en la plaza de toros ante los ojos de todos nosotros. Y no es algo premeditado, pero sí es el resultado evidente de la función de toros, que al final nos obliga a enfrentar todas esas cuestiones… No es de extrañar que la tauromaquia genere tanto interés, porque más allá del engaño con la capa hay muchas más cosas en juego. Si se quiere conservar la Fiesta es porque en ella hay mucho más que un lance u otro. En el fondo, en los toros están los grandes los grandes temas de la vida.

El toreo de hoy en día tiene poco que ver con el de antaño

La tauromaquia sorprende a todo aquel que opta por mirar atrás, porque en su origen es una expresión de celebración y cultura popular muy espontánea e incluso caótica. Con el paso del tiempo, la lidia del toro va desembocando en un ceremonial y un rito. La Fiesta se fue codificando poco a poco. El hecho de que muchos de los gestos y reglas del toreo se hayan asentado y mantenido ha concedido una mayor trascendencia a la corrida. Y, en gran medida, esa ritualización y ese perfeccionamiento estético han sido fundamentales para mantener la vigencia de los toros en una sociedad moderna.

De la épica a la estética

Ciertamente. En origen, la Fiesta bebe sobremanera de tradiciones caballerescas, costumbres propias de la caza… El sacrificio del toro siempre estuvo ahí, pero al ser ritualizado y quedar enmarcado en distintos cánones, se convierte en un espectáculo susceptible de despertar el entusiasmo y el gozo del público. A lo largo de los siglos, se produce un avance progresivo hacia la sublimación del ceremonial. Partiendo de lo sacrificial termina desarrollándose una expresión cultural con vocación artística.

Pero la Fiesta siempre está sujeta a una pugna interna.

Así es. Una de las claves detrás de los momentos de incertidumbre que hoy pueden darse en torno a la Fiesta radica en el desequilibrio de poder. Por ejemplo, en la tensión toro-torero, la figura histórica del ganadero actuaba como guardiana de la exigencia de un público que medía a los criadores de las reses con celo y muy altas expectativas. Sin embargo, con el paso del tiempo vemos que el auge de las figuras del toreo abrió la puerta a que los toreros impongan su tipo de toro, influyendo directa e indirectamente en las dinámicas de selección del toro bravo.

De ahí su apelación a Montesquieu, a los pesos y contrapesos…

El gran público valoró positivamente el efecto de esas nuevas embestidas, que propician una obra más artística, pero por el camino se sacrificarían las viejas expectativas de los aficionados, esos que tienden a valorar más el riesgo. Ese camino es el que conduce a una corrida más artística y estética, pero no podemos olvidar que escorarse excesivamente en esa dirección tiene sus retos y peligros. Por eso llevo a Montesquieu al título mismo del libro.

Habla también en su libro sobre el negocio de los toros, un tema al que he dedicado muchas horas de estudio pero que sigue siendo una especie de tabú a la hora de analizar la historia y el desarrollo de la Fiesta

En el libro pongo de manifiesto que el negocio en torno a los toros no es simplemente algo nuevo y propio de la mercantilización del ocio y la cultura bajo un sistema moderno de economía de mercado. En realidad, ya en el siglo XVIII empezaron a conformarse estructuras orientadas a generar riqueza a partir de las tradiciones taurinas. Fueron surgiendo las proto estructuras de la economía empresarial taurina. Los toreros fueron cada vez más conscientes del dinero que podían ganar llenando las plazas, los públicos adoptaron asimismo la mentalidad propia de un cliente que paga y exige, los ganaderos buscaron rentabilizar sus explotaciones y garantizar que sus reses tuviesen la mejor salida posible… Y sí, tendemos a pensar que la Fiesta está por encima de eso, porque lo está y es mucho más que negocio, pero claro, ¡también es negocio!

¿Tienen futuro los toros?

Lo que no podemos hacer es mantenernos a la espera del futuro de brazos cruzados, para que la Fiesta tenga futuro hay que reflexionar de forma crítica sobre el pasado y entender mejor qué dinámicas pueden darse el día de mañana. Yo no creo que las ideas que expongo en el libro sean mejores que otras pero sí considero que nos ayudan a pensar de manera más amplia sobre lo que debemos valorar y conservar de la Fiesta y lo que tendríamos que cambiar o mejorar de la tauromaquia. 

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