El abogado colombiano Felipe Negret fue empresario de la plaza de toros de Bogotá entre los años 1999 y 2017. Los últimos años de su gestión estuvieron marcados por la persecución política que sufrió la Fiesta Brava a manos del entonces alcalde de la capital, Gustavo Petro. Quien fuera integrante del grupo terrorista M-19 creyó haberse salido con la suya en verano de 2012, cuando anunció el fin de la actividad taurina en la Plaza Santamaría. Pero no imaginaba Petro que Negret se echaría a la espalda la defensa jurídica de las corridas de toros y terminaría liderando una exitosa batalla jurídica que terminó con la reapertura del coso, avalada por la Corte Constitucional.
En 2020, la nueva alcaldesa de Bogotá, Claudia López, exploró una nueva forma de prohibir los toros. En vez de vetar por completo la actividad, la regidora sacó la plaza a concurso pero impuso unas condiciones económicas inviables y exigió que los festejos se programen sin tercios de varas y banderillas y sin estoquear a los toros en el ruedo. Aunque esto le permitió frenar la actividad taurina desde su llegada a la alcaldía hasta 2022, el año 2023 ha comenzado con una buena noticia para la tauromaquia colombiana, puesto que la Corte Constitucional ha vuelto a fallar en defensa de la Fiesta Brava. El tribunal considera ilegales las condiciones de explotación que propuso el municipio y ordena la recuperación de la actividad taurina en la Plaza Santamaría, con arreglo a la legislación vigente.
De nuevo, la figura de Felipe Negret ha sido fundamental en todo el proceso. Fue precisamente él quien anunció la decisión de la Corte Constitucional en una entrevista exclusiva, concedida al canal Toros de Movistar+, a la que ha tenido acceso La Economía del Toro. A lo largo de su conversación con el periodista Alfonso Santiago, Negret desgrana las claves de la decisión que ha tomado la Corte Constitucional y explica los pasos que deben darse para recuperar las corridas de toros en Bogotá en medio de un panorama político desastroso, marcado por el acoso de la alcaldesa Claudia López, el hoy presidente Gustavo Petro y los distintos legisladores que están intentando prohibir la Fiesta en el Senado y la Cámara de Representantes.
«La Corte Constitucional reitera que ni los gobiernos municipales ni los alcaldes pueden prohibir la actividad taurina. Esto ya quedaba establecido en la sentencia 889 de 2016, que permitió reabrir la Plaza Santamaría en 2017. Lo que se establece de esta manera es un principio de libertad y de respeto, que es la base para vivir en una democracia donde todos tengamos cabida», explica Negret.
«La Ley 916 de 2004 es la que regula el toreo en Colombia. Sólo modificando esa norma se podría prohibir la actividad taurina en el país, lo que exigiría una serie de votaciones en el Senado y la Cámara de Representantes de nuestro país. Pero, en estos momentos, no hay ninguna norma que permita prohibir los toros. Al contrario, es un contrasentido, de hecho, que se puedan dar toros en Cali y Manizales pero no en Bogotá o Medellín», señala el abogado, cuyo hijo ha continuado la pasión familiar por la Fiesta y se desempeña en la actualidad como novillero con picadores.
«Nuestra Constitución codifica el respeto por los animales, pero también regula el respeto a las tradiciones. La Corte Constitucional nos está dando la razón nuevamente. También en el Senado y en la Cámara hemos conseguido parar varias iniciativas, con la intervención brillante del maestro César Rincón. Por tanto, hay un camino para defender la Fiesta Brava en Colombia. Y, si queremos recorrer ese camino, no podemos dejar que nos cierren las puertas. Si han cerrado La Santamaría nuevamente, pues ahora nosotros debemos reabrirla con fuerza», insiste quien fuera empresario del coso taurino de Bogotá entre los años 1999 y 2017.
«Cuando se convoque nuevamente una licitación, tenemos que actuar con responsabilidad. Primero fue Barcelona, luego vino Quito y ahora van a por La México, donde este invierno ya no ha habido actividad taurina. No podemos permitirnos perder ninguna plaza, menos aún las más relevantes. Tenemos que entender que esto no es un ataque contra Bogotá, es parte de una campaña organizada de los lobbies animalistas que quiere acabar con la tauromaquia en todo el mundo«, subraya el jurista.
«Todas las empresas deben actuar con solidaridad. Los ganaderos y toreros también deben estar a la altura. Cuando se reabrió La Santamaría en 2017 sabíamos que habíamos ganado una guerra pero no la guerra. Por eso tenemos que actuar de manera responsable y consciente, estando a la altura de la situación”, concluye Negret.