¿Qué es mejor para el sector taurino? ¿Dar muchos más festejos, aunque haya menos público en cada uno de ellos, o celebrar menos corridas, a cambio de mejorar el promedio de asistentes a los espectáculos? Vale la pena hacerse la pregunta en un año como el actual, marcado por un aumento en el número de festejos que ronda el 14% pero contrasta con los altibajos que ha registrado la temporada en términos de público.
Tomemos el caso de Las Ventas. Este año se han celebrado 61 festejos en la plaza de toros de la calle Alcalá y el total de entradas despachadas ha ascendido a 828.930 boletos. Sobre el papel, esto supone una buena noticia, porque se ha recuperado el 87% del público que venía asistiendo a la plaza antes de la pandemia, unos 945.900 espectadores.
Sin embargo, es preciso ajustar los datos para tomar en cuenta los cambios que ha experimentado la programación. No en vano, en 2019 se organizaron 67 festejos, seis más que en 2022. Por tanto, aunque la cifra total de público ha caído en 116.980 espectadores, cifra que supone un 13% menos, la asistencia promedio por festejo ha bajado mucho menos, de 14.117 a 13.589 asistentes, una corrección del 4%.
Pero, además, hay que tener en cuenta que el aforo de la plaza se ha reducido levemente debido a ciertas obras de adecuación. Pasar de 23.600 a 22.900 espectadores ha hecho que el promedio de asistencia para 2022 se sitúe en el 59% del aforo permitido, un porcentaje casi idéntico al de la temporada anterior a la pandemia.
Así, los datos que ha facilitado la empresa Plaza 1 reflejan un escenario de relativa estabilidad que, habida cuenta de la pandemia y su devastador impacto en las actividades culturales, puede considerarse como una noticia favorable. De hecho, el aumento de abonados que ha tenido lugar en la Feria de Otoño es otra noticia positiva, puesto que se ha materializado una mejora de 1.675 afiliados con respecto a 2019. Este aumento se ha dado, en gran medida, por el mayor atractivo de las tarjetas de socio que ha propiciado la liberalización del precio de las entradas sueltas. Eso sí: deberá consolidarse en San Isidro, verdadera prueba de fuego para el nuevo modelo. De momento, el experimento sugiere que la subida de precios que se ha aplicado a los no afiliados puede haber sido excesiva, de modo que convendría replantear las tarifas y limitar los aumentos más fuertes a los 10-15 carteles de mayor tirón taquillero.
La cuestión de la TV
En la misma línea, es muy interesante que la web de Las Ventas sume casi 2,5 millones de visitas y las redes sociales del coso reúnan a 288.000 seguidores. Estos datos ayudan a visibilizar la tauromaquia y a darle más recorrido a lo que sucede en la plaza.
No obstante, si hablamos precisamente de visibilización mediática, es preocupante que la Feria de Otoño se celebrase sin la presencia de las cámaras de televisión de Movistar+, de modo que ambas partes tienen por delante el invierno para evitar el fiasco y lograr un acuerdo que ponga fin al «apagón». En este sentido, se ha deslizado la posibilidad de que la plataforma One Football ofrezca retransmisiones de toros en streaming desde Las Ventas, pero la realidad financiera es la que es. Sabemos que dicha plataforma solo ha asumido proyectos similares en ligas deportivas de segunda categoría, como sabemos también que el coste de producción y la compra de derechos de imagen exigirían un desembolso de entre 4 y 5 millones de euros. De modo que, incluso si dicho servicio de retransmisión online logra la harto improbable cifra de 50.000 afiliados y consigue fijar una tarifa muy cara de 50 euros por todo el San Isidro de 2023, los ingresos obtenidos serían de apenas 2,5 millones. Dicho de otra forma, el proyecto lo tiene muy difícil para ser viable.
En la misma línea, hay que tener en cuenta que no es la primera vez que se plantea una alternativa de este tipo. La anterior empresa del coso venteño, Taurodelta, lanzó un servicio de pago por visión para emitir en internet la Feria de Arte y Cultura, pero el proyecto, cuyo coste de afiliación no llegaba a los 15 euros, no terminó de cuajar.
También hubo un intento similar de la mano de uno de los mayores grupos de televisión privada de nuestro país. Aunque la propuesta llegó a estudiarse, los ejecutivos de la citada compañía acabaron guardando el proyecto en un cajón. Aunque aquello no llegó a trascender a los medios ni a la afición, sí fue un aspecto relevante en la última negociación de los derechos de retransmisión de Las Ventas.
Poco después, la quiebra de Taurocast o la desaparición de Toroflix fue otro aviso a navegantes. Y, de igual modo, las limitaciones que están sufriendo otros proyectos similares han puesto de manifiesto lo difícil que puede ser reemplazar el papel de Movistar+ en la retransmisión de los grandes acontecimientos taurinos.
De modo que la cuestión del «apagón televisivo» no tiene una resolución fácil, pero es fundamental que el tiempo de espera hasta la próxima temporada propicie un acercamiento entre Plaza 1 y Movistar+ y ayude a resolver lo sucedido de la mejor manera posible.
