La temporada de 2022 ha contado con la presencia de figuras del toreo a pie como Morante de la Puebla, que se anunció con éxito en la plaza de Campo Pequeno el pasado mes de agosto. Otro de los matadores que se dejó ver por las plazas lusas fue Antonio Ferrera, que triunfó en Abiul. Pero también en España hemos podido disfrutar con algunos toreros a pie nacidos en nuestro país vecino, caso de Juanito.
En cualquier caso, el grueso de las corridas siguen girando en torno al toreo a caballo. Una de las figuras más destacadas del rejoneo portugués es António Ribeiro Telles, que tomó la alternativa en 1983 y sigue en activo con casi 60 años, a pesar del durísimo percance que sufrió el pasado año. Junto a Joao Moura, se trata de la mayor leyenda viva del toreo a caballo de estirpe portuguesa.
La mejor noticia del año 2022 ha sido la recuperación observada en la asistencia de público y la mejora en el número de espectáculos organizados. Tras un durísimo 2020, marcado por la pandemia del coronavirus, las dos siguientes temporadas han permitido recuperar las cifras de actividad propias de 2019, con más de 200 festejos mayores.
En Portugal, la lidia a caballo se salda con la aparición estelar de los forcados, cuya labor consiste en citar al toro y reducir su embestida con una “pega” a cuerpo limpio. En grupos de ocho hombres, los mozos esperan a pie firme el ataque del cornúpeta y tratan de inmovilizarlo. El origen de esta tradición se remonta a la década de 1630.
Las ganaderías de bravo de nuestro país vecino seleccionan al toro pensando sobre todo en la lidia a caballo. La lidia gira, pues, en torno a patrones distintos en todo lo referido a la movilidad, el tipo de embestida y el comportamiento en general del animal sobre el ruedo. De ahí el interés asociado a conocer distintas tauromaquias y todo lo que conllevan.
