«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Cambio de Tercio

La Economía del Toro

Diego Sánchez de la Cruz es colaborador habitual en prensa escrita, radio y televisión. Además, es director de la consultora Foro Regulación Inteligente, profesor universitario e investigador internacional del Instituto de Estudios Económicos. En clave taurina, participa en las tertulias y debates del canal Toros de Movistar, así como en otros espacios taurinos de medios, como EsRadio. Su proyecto "La Economía del Toro" es una de las cuentas más influyentes del sector taurino en redes como Twitter (+20.000 seguidores). Ha realizado decenas de estudios económicos y estadísticos del sector cultural taurino. Sus escritos taurinos de índole filosófico y artístico han sido reconocidos con el Premio Zumel de Ensayo Literario-Taurino en tres ocasiones.

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Diego Sánchez de la Cruz es colaborador habitual en prensa escrita, radio y televisión. Además, es director de la consultora Foro Regulación Inteligente, profesor universitario e investigador internacional del Instituto de Estudios Económicos. En clave taurina, participa en las tertulias y debates del canal Toros de Movistar, así como en otros espacios taurinos de medios, como EsRadio. Su proyecto "La Economía del Toro" es una de las cuentas más influyentes del sector taurino en redes como Twitter (+20.000 seguidores). Ha realizado decenas de estudios económicos y estadísticos del sector cultural taurino. Sus escritos taurinos de índole filosófico y artístico han sido reconocidos con el Premio Zumel de Ensayo Literario-Taurino en tres ocasiones.

La vuelta de Morante con triunfo en Santander junto a Ponce y Adrián

25 de julio de 2024

Atraviesa un momento dulce la plaza de toros de Santander. Con la empresa Lances de Futuro de José María Garzón al frente, los festejos programados por la Feria de Santiago han funcionado muy bien en la taquilla y han llegado a todo el orbe taurino gracias a la presencia de las cámaras de OneToro. La del pasado 23 de julio fue una corrida de especial interés, con toros de Domingo Hernández para Enrique Ponce, Morante de la Puebla y Fernando Adrián. El primero se despedía, el segundo volvía a vestirse de luces tras dos meses de parón y el tercero se presentaba con la vitola de sus arrolladores triunfos en Las Ventas.  

El valenciano Enrique Ponce abrió cartel y recibió el cariño de la afición cántabra desde que pisó la negra arena del coso de Cuatro Caminos. Brindó su actuación a Morante, una correcta faena a su primero, con una gran estocada como rúbrica. En el de la despedida, el público le cantó «Santander, la marinera» mientras que la banda interpretó la pieza que Enrio Morricone compuso como banda sonora del largometraje «La misión». El trasteo no llegó a ser tan armónico como el acompañamiento, en esencia por lo irregular del animal, pero las poncinas y el buen uso de la espada le valieron dos orejas, y una larga y sentida vuelta al ruedo en su adiós.

La pasada temporada se le complicó a Morante de la Puebla por una serie de lesiones y percances que le obligaron a caerse de muchas de sus actuaciones. Este año el cigarrero volvió a suspender su periplo por los ruedos, pero esta vez por razones de salud mental. Felizmente dos meses han sido suficientes para volver a ver al maestro vestido de luces. En su primera actuación cuajó un precioso ramillete de verónicas y un lucido quite por chicuelinas. Con la tela roja, toreo despacioso y sentido, deletreando cada muletazo con temple y manteniendo una perfecta colocación. Recibió un trofeo y, más importante aún, volvió a disfrutar ante la cara del toro. El quinto no regaló nada, pero Morante tragó y aguantó sus informales arremetidas, sus anárquicos arreones y coladas, y sus molestos parones. Los naturales, de a uno, y la media estocada culminaron la segunda comparecencia, premiada con otro apéndice. 

El triunfador de San Isidro en 2023 y 2024, Fernando Adrián, lo arriesgó todo en su saludo capotero, con cuatro faroles de rodillas que avivaron la animosa embestida de una res que hizo por coger al madrileño en varios lances. El de Domingo Hernández embistió algo aquerenciado, pero con innegable entrega, de modo que Fernando Adrián pudo torearlo por delante y por detrás, con la mano bajo y en redondo, cuajando una rotunda presentación que remató con una estocada, cortando dos orejas. El sexto volteó con violencia al madrileño, que aterrizó sobre cuello y cabeza en una escalofriante imagen. No se amilanó Adrián, que planteó otra arrolladora faena que remató por bernardinas. Cortó otra oreja y fue vitoreado entre gritos de «¡torero, torero!».

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