Los aficionados a los toros suelen lamentar que la proyección mediática del toreo se ha reducido notablemente en los últimos años. No les falta razón, puesto que en los años 90 se llegaba a superar el umbral de las 100 corridas retransmitidas a través de los tres canales generalistas de la época (La 1, Antena 3 y Telecinco), a lo que había que sumar las emisiones en televisión de pago (Canal+, Vía Digital) y las proyecciones en canales autonómicos (Canal Sur, Telemadrid).
En la actualidad, ninguno de los canales generalistas emite festejos taurinos, salvando los encierros de San Fermín, en La 1, y los de San Sebastián de los Reyes, en Antena 3. Ante semejante «apagón», las grandes citas se emiten en el canal Toros, de Movistar+, que esta temporada 2022 habrá retransmitido alrededor de 80 corridas de toros, incluyendo la Feria de San Isidro de Madrid, las Ferias de Abril y San Miguel de Sevilla, la Feria de Fallas de Valencia, la Feria del Toro de Pamplona o las Corridas Generales de Bilbao. A esto habría que sumar las tertulias emitidas antes y después de los festejos de mayor relevancia, series documentales como “Por las rutas del toro” o programas de debate e información emitidos fuera de temporada, como “Toros y Punto”, ligado a la actualidad, o “Desolladero”, de enfoque cultural.
También se programan toros en algunos de los canales autonómicos de nuestro país. El mapa de retransmisiones es ahora mismo el siguiente:
CMM Media, el canal regional de Castilla-La Mancha, ha emitido 77 corridas, novilladas y festejos de rejones, además de 8 concursos de recortes y los encierros de la Feria de Guadalajara. Se trata del mayor número de espectáculos de los veinte últimos años, una auténtica demostración de fuerza del equipo comandado por José Miguel Martín de Blas. El canal también emite el programa “Tiempo de Toros”, cada sábado a mediodía.
Canal Sur ha emitido más de 25 festejos en lo que va de temporada y cerrará el año 2022 por todo lo alto, con una corrida programada el 29 de octubre en Ubrique donde Morante de la Puebla alcanzará el umbral de los 100 festejos toreados a lo largo del año, emulando la gesta de su admirado Joselito El Gallo. Cada domingo, la televisión autonómica de Andalucía emite también el programa “Toros para Todos”, que presenta con gran éxito Enrique Romero.
Telemadrid ha ofrecido diversas corridas de toros y novilladas a lo largo de 2022. La apuesta del canal gira en torno a la emisión de festejos incluidos en tres circuitos competitivos que impulsa el gobierno regional: la Copa Chenel (corridas), el Certamen Manuel Vidrié (rejoneo) y la Liga de Novilladas (novilladas). En total, una veintena de festejos mayores, a los que se suman los concursos de recortes enmarcados en el Torneo Esteban Ferre.
Canal Extremadura ha presentado a su audiencia unos seis festejos durante la temporada 2022, incluidas cuatro novilladas y dos corridas de toros. A esto hay que sumar el programa “Tierra de Toros”, que sale al aire los domingos por la noche, con Juan Bazaga como conductor. Además, se han coordinado programas especiales coincidiendo con las Ferias de plazas como Badajoz, Olivenza, Zafra o Herrera del Duque.
Otros canales autonómicos emiten toros de forma más puntual. La Fiesta volvió al canal autonómico de Murcia el 9 de junio, con una corrida emitida desde Caravaca de la Cruz, el pasado 9 de junio. También se han dado algunos espectáculos en la televisión regional de Castilla y León, ligados a los festejos de la Liga de Novilladas que han tenido lugar en dicho territorio. En ambos casos, se trata de una apuesta muy limitada, casi anecdótica. Y la lista acaba ahí, puesto que en otras regiones donde ha sido habitual la emisión de corridas y novilladas, caso de Aragón o Comunidad Valenciana, no se están haciendo transmisiones de este tipo desde hace años.
Mención aparte merece Grana y Oro, programa presentado desde 1995 por el periodista Carlos Martín Santoyo, que sale al aire en las televisiones autonómicas de Castilla y León, Navarra y La Rioja. Se trata de un espacio de información y entrevistas que cuenta con la peculiaridad de ser emitido en distintas emisoras regionales, que programan dicho espacio en diversos horarios.
Los datos de audiencia certifican que las emisiones de toros suelen registrar buenos datos de seguimiento entre los telespectadores. Sin embargo, los espectáculos retransmitidos en abierto suelen ser de importancia menor en la temporada, puesto que la mayoría se celebran en plazas de tercera categoría y con toros y toreros que ocupan un papel secundario en el escalafón. De ahí que muchos aficionados se pregunten si no es posible lograr un salto adelante que permita complementar la oferta existente con algunos carteles de más relumbrón.
Para que esto ocurra, deberían darse una serie de circunstancias que ahora mismo no parecen sencillas:
En primer lugar, los canales autonómicos deberían combinar sus señales y ofrecer una retransmisión en cadena. Esto, a priori, podría suponer un importante salto adelante en términos de impacto. Sin embargo, hay obstáculos que complican este tipo de alianzas. De entrada, cada uno de estos canales tiene distintas preferencias de fechas y horarios a la hora de encuadrar los toros en su parrilla. Además, el formato técnico y el estilo de realización no es siempre el mismo. Y, por otro lado, la naturaleza regional de estos canales va en contra de la emisión de festejos celebrados en otras comunidades.
En segundo lugar, los toreros deberían estar más por la labor de permitir la presencia de las cámaras de televisión. Conocido es el recelo a la pequeña pantalla que han expresado algunos de los toreros de mayor peso en el circuito, en esencia por el miedo a que las retransmisiones resulten en una sobreexposición de su imagen que acabe reduciendo su poder en taquilla. A todo esto hay que sumarle las complicadas negociaciones con banderilleros y picadores, un colectivo especialmente reivindicativo de sus derechos de imagen, lo que complica más aún el proceso de cerrar una retransmisión.
En tercer lugar, los costes de emisión de los festejos taurinos deberían ajustarse. Emitir una corrida con toros y toreros que ocupan un lugar poco relevante en el escalafón supone un desembolso de al menos 25.000 o 30.000 euros en concepto de derechos de imagen. Si hablamos de una corrida con figuras, el gasto en derechos de imagen se iría al entorno de los 80.000 o 100.000 euros, mientras que un espectáculo de nivel medio-alto supone de 40.0000 a 60.000 euros. No hay que olvidar que las televisiones autonómicas saben que pueden rellenar la misma franja de programación con otros contenidos que cuestan un 50% menos, de modo que autorizar el gasto asociado a las retransmisiones taurinas se vuelve aún más complejo. Y, además, estas emisiones acarrean otros 20.000 o 30.000 euros de costes de producción.
La única fórmula para generar estos acuerdos consistiría en lo siguiente:
De entrada, el sector taurino debe acordar un paquete de diez corridas de toros que serían emitidas en cadena. Las fechas y los horarios serían elegidos de la mano de las televisiones autonómicas, para que los canales puedan combinar su señal con más facilidad. La retransmisión sería unificada en lo referido a la producción, con diferentes comentaristas en cada comunidad.
Superado el primer escollo, los toreros de mayor peso deberían acceder a dejarse televisar al menos una tarde a lo largo del año. Si los diez líderes del escalafón acuerdan hacer acto de presencia en una de las diez corridas que se emitirían bajo este formato coordinado, su presencia en la pequeña pantalla seguiría siendo muy limitada (apenas un festejo) pero los espectadores de todas las comunidades involucrados tendrían garantizado un salto de calidad en los carteles emitidos.
En lo referido al coste de emitir y producir este tipo de retransmisiones, las economías de escala ayudarían a unificar el coste de producción y la aportación de los distintos canales regionales ayudaría a aumentar el presupuesto disponible. Si cada una de las autonómicas implicadas pusiese 30.000 euros encima de la mesa, los recursos disponibles serían similares a los de una transmisión realizada por canal de pago en una plaza de Primera categoría.
De todos los problemas que habría que salvar, quizá el más delicado es el del desinterés de las figuras. Como explica a La Gaceta un buen conocedor de esta cuestión, «lo más importante de todo, por encima de coordinar emisiones entre los distintos canales o aumentar el dinero disponible, es lograr que el sector vea a la televisión como su aliada para promocionar y difundir la tauromaquia. Por momentos, parecería que es su enemiga. Esa desconfianza no solo la tienen los toreros, también muchos empresarios. Es un error gravísimo. Ese contubernio contra la difusión impide que el toreo un espectáculo más accesible para las masas».