Tarde de mucha pasión la que vivió Guadalajara en la primera corrida de la Feria de La Antigua. José María Manzanares, Andrés Roca Rey y Francisco de Manuel se repartieron ocho orejas tras lidiar una corrida de El Pilar ante una plaza que cubrió más de tres cuartas partes del aforo. El punto álgido de la tarde llegó en el quinto toro de la tarde, cuando Roca Rey logró un importante triunfo toreando bajo un impactante aguacero.
Abrió plaza un noble astado al que Manzanares entendió a la perfección, cuajando una cadenciosa y elegante faena basada en el buen pitón derecho del animal. El alicantino tenía el triunfo a su alcance, pero vivió un calvario con la espada que sorprendió a un respetable acostumbrado a sus fulminantes estocadas. Fue silenciado por el mal uso de los aceros.
El segundo burel fue estupendamente lidiado por la cuadrilla de Roca Rey, destacando la labor de Antonio Chacón, que saludó una cálida ovación del público. Había muchas ganas de ver al peruano, que causa una enorme expectación en todas las plazas por las que pasa, pero el toro no se lo puso fácil. Lo mejor llegó en la serie final, preciosamente rematada con una combinación de bellos trincherazos y elegantes pases de pecho. El fulminante remate con la espada le valió una oreja.
Con la hierba en la boca y ganas de triunfo, Francisco de Manuel sorprendió en su primera faena, mostrando el aplomo y la decisión que le han servido para hacerse un hueco en las ferias. Cortó una oreja tras una faena en la que sacó a relucir un amplio abanico de suertes, desde el toreo más fundamental hasta las suertes más vistosas.
Superado el ecuador del festejo, Manzanares firmó una interesante actuación con el cuarto de la tarde. Lejos de buscar el aplauso fácil, el ya veterano maestro se esforzó por entender y pulir las asperezas del animal. Cuando al fin logró meterlo en el canasto, el torero dinástico pudo gustarse con muletazos de trazo largo que lucieron la embestida cada vez más prometedora del animal. Faena casi de campo, muy a más y culminada con un espolonazo que le valió dos orejas.
La locura llegó en el quinto. Devuelto el quinto, saltó al ruedo un sobrero de Luis Algarra que mostró desde un primer momento su condición encastada. Fue entonces cuando un tremendo diluvio cayó sobre el Coso de las Cruces, haciendo que buena parte de los espectadores se refugiasen en las gradas y los vomitorios de la plaza. Bajo la torrencial lluvia y con el ruedo totalmente encharcado, Roca Rey se vino arriba y firmó una poderosa faena, ligada y con la mano baja. Apretó por el derecho, se gustó por el izquierdo y abrochó su comparecencia con una gran estocada. Dos trofeos y clamorosa vuelta al ruedo en medio del aguacero.
Con el ruedo totalmente impracticable, De Manuel se negó a aceptar una suspensión. Tras la heroica lidia de su cuadrilla, el triunfador de la Corrida de la Hispanidad de 2022 tiró de heroicismo para rematar el festejo por todo lo alto. Recibió al toro arrodillado en el lodazal, cuajó series muy intensas por ambos pitones, dibujó dosantinas y redondos y cerró la tarde con un espadazo que le valió dos apéndices.
La terna a hombros y el público empapado y feliz. Gran tarde de toros en Guadalajara.