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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La Iglesia anglicana insta a los transexuales a formarse para el sacerdocio

El arzobispo de Canterbury y principal autoridad de la Iglesia de Inglaterra, Justin Welby

La diócesis de Linchfield, bajo cuya jurisdicción hay una población de dos millones de habitantes, abre la puerta a la ordenación de sacerdotes transexuales


La Gaceta ya ha informado en ingentes ocasiones de la delicuescencia que padece la Iglesia de Inglaterra, que tan pronto se somete a los dictados de la ideología de género como promueve, con entusiástica vehemencia, los flujos migratorios masivos. Todo ello, claro, al tiempo que su número de fieles se reduce drásticamente (a día de hoy, hay casi tantos musulmanes como anglicanos en Reino Unido).
Es en este contexto en el que debemos enmarcar una guía que, difundida por la diócesis de Linchfield bajo el título de ‘Acogiendo y honrando a las personas LGTB, impele a los transexuales a formarse para el sacerdocio. De este modo, como respuesta a ‘la percepción de que la Iglesia es homofóbica y transfóbica’, la publicación establece que los transexuales pueden ser ‘llamados a desempeñar roles de liderazgo y servicio en las iglesias locales’.
A través de este comunicado, la decadente Iglesia de Inglaterra manifiesta su propósito para los próximos años, que no es sino conceder mayor visibilidad a los transgénero: ‘Deseamos que ellos, como todos los demás, se sientan incentivados a participar en los servicios de la Iglesia anglicana, ya sea como capilleros, como guías de oración o como ministros ordenados’, reza la disposición eclesiástica.
Otrosí, y en esta misma línea, la diócesis de Linchfield, bajo cuya jurisdicción hay una población de dos millones de habitantes, abre la puerta a la ordenación de sacerdotes transexuales: ‘Nadie puede pensar que su condición sexual o identidad de género constituye le hace inadecuado como candidato a un puesto de liderazgo en la Iglesia anglicana’.
Lejos de haber publicado esta guía por su cuenta y riesgo, la diócesis de Linchfield ha seguido fielmente las directrices establecidas por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, quien ya hace tiempo llamó a una ‘integración cristiana radical’ e impelió a su comunidad de fieles a dejar atrás su condición ‘homofóbica’ y ‘transfóbica’.

La Iglesia anglicana y el ‘mundo’

La guía de la diócesis de Linchfield se refiere precisamente a las enseñanzas del arzobispo de Canterbury, cuyo mandato se está revelando en una verdadera plaga bíblica: ‘Como ha mostrado el arzobispo Justin, la percepción de que la Iglesia anglicana es homofóbica está menoscabando nuestra misión, especialmente de cara a la gente joven’.
La nota añade: ‘Debemos afrontar esta percepción alcanzando a las personas LGTB con la buena noticia del amor de Dios, replicando el amor de Dios y su cuidado de todas las personas’.
La Iglesia anglicana ha renunciado a Cristo para fundirse en el mundo. El resultado son templos vacíos y un mensaje que tiene más de posmoderno que de cristiano.

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