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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La ley de libertad religiosa, en el punto de mira del laicismo radical

La actual Ley de Libertad Religiosa, en su artículo 1.2 ya señala que las creencias religiosas no constituirán motivo de desigualdad o discriminación.


El jueves 29 de junio, el Congreso aprobó una moción en la que se insta al Gobierno a presentar, antes de que finalice este año, un proyecto de ley que sustituya a la actual Ley Orgánica de Libertad Religiosa. La iniciativa fue aprobada con 167 votos a favor y contó con los votos en contra del Partido Popular y Ciudadanos.
Con la aprobación de esta moción, consecuencia de interpelación urgente de Esquerra Republicana, el Congreso insta al Ejecutivo a presentar un Proyecto de Ley Orgánica de libertad ideológica, religiosa y de culto antes de que acabe el próximo periodo de sesiones.
La sustitución de la Ley de Libertad Religiosa es una reivindicación recurrente de la izquierda. Por ejemplo, en las últimas elecciones generales, Unidos Podemos incluyó en su programa -junto con la «anulación del Concordato»- una «nueva Ley de Libertad de Conciencia» que garantizara «la laicidad del Estado y su neutralidad frente a todas las confesiones religiosas».
Desde ERC sostienen que el objetivo de su iniciativa parlamentaria es avanzar hacia «una sociedad más laica» en la que todas las instituciones del Estado mantengan «una actitud de neutralidad religiosa» y exista la igualdad de todas las creencias, religiosas o no religiosas. Según defiende esta formación, la Ley de Libertad Religiosa de 1980 habría quedado «obsoleta» y sería necesaria una nueva ley que proteja la libertad ideológica, religiosa y de culto y fomente la laicidad.
Sin embargo, la actual Ley de Libertad Religiosa, en su artículo 1.2 señala que las creencias religiosas no constituirán motivo de desigualdad o discriminación y en el artículo 1.3 establece que ninguna confesión tendrá carácter estatal. Así lo señaló el ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, en su intervención en el Congreso, añadiendo que la libertad ideológica, la libertad religiosa y la laicidad están suficientemente garantizadas en el ordenamiento jurídico.

‘Suena demasiado a las dos Españas, con la Iglesia en medio’

¿Por qué sustituir entonces la Ley de Libertad Religiosa? ¿Se trata de una sincera reivindicación de laicidad y neutralidad religiosa del Estado o una nueva muestra de laicismo radical que pretende reducir al ámbito privado cualquier manifestación religiosa?
En su defensa de la moción en el Congreso, el portavoz del grupo parlamentario de Esquerra Republicana, Joan Tardà, explicó que, de tener éxito su iniciativa y llegado el momento, habrá que encarar temas como la presencia de los símbolos religiosos en edificios públicos, la participación de cargos públicos en ceremonias o ritos religiosos, el sistema educativo público laico o los Acuerdos entre la Santa Sede y el Estado.
Durante el debate de la moción en el Congreso, el portavoz del Grupo Parlamentario Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, tras defender que la Ley de Libertad Religiosa ha cumplido y cumple su papel, se preguntó si la verdadera pretensión de la iniciativa no sería tratar de entrar en un memorial de agravios. «Eso suena demasiado a las dos Españas, con la Iglesia en medio como motivo de conflicto», añadió.

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