«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
LA FUNDACIÓN DISENSO LA PRESENTARÁ ESTE JUEVES EN MADRID

‘Marxismo de nueva generación’: la obra indispensable para combatir el ‘wokismo’

Ejemplar del libro 'Marxismo de nueva generación'. Fundación Disenso

El próximo jueves 13 de febrero la Fundación Disenso presenta en Madrid el libro Marxismo de nueva generación: qué es y cómo combatirlo. El evento tendrá lugar en el Instituto de la Ingeniería de España (calle del General Arrando, 38) a las siete de la tarde, y contará con las intervenciones del coautor de la obra e investigador principal de la Heritage Foundation, Mike González, y del vicepresidente de Patriots for Europe y miembro del Parlamento Europeo, Hermann Tertsch.

Marxismo de nueva generación: el libro apoyado por el presidente Donald Trump

En Marxismo de nueva generaciónNextGen Marxism, su título original—, González y Katharine Cornell Gorka recorren la historia de la implantación social, cultural y política del marxismo en Occidente. Ambos señalan que el punto de ruptura del marxismo de «vieja generación» tuvo lugar en 1989, con el colapso del comunismo soviético y el tan proclamado «Fin de la historia» que narró Francis Fukuyama.

En ese momento, el marxismo mutó y dejó de vestirse con monos de trabajo —los tan apelados en las anteriores elecciones estadounidenses blue collar workers, que se decantaron por la candidatura de Trump y JD Vance— para portar trajes de profesor que reeducaría a los hijos de las clases medias en colegios, institutos y universidades. El sujeto al que apelaría ya no sería el proletario. El objetivo era el control de la cultura y la búsqueda de «nuevos oprimidos», reflejados en las minorías.

La raza, el sexo, el género, la inclinación sexual y el cambio climático son los elementos que ha utilizado este nuevo marxismo para imponer su hegemonía sociocultural. Lo hicieron a través de esa revolución permanente a la que apeló en el pasado León Trotski y que no tardó en tomar tintes internacionalistas, en una acción política cuyo objetivo, en palabras del pensador conservador Olavo de Carvalho, era la remodelación de toda la sociedad y de la propia naturaleza humana. De hecho, en esta nueva utopía, Dios, la patria, la familia, la propiedad privada —e incluso el disenso o la libertad de expresión— no sólo no tienen cabida, sino que son el enemigo.

El movimiento Black Lives Matter y la fractura social

Esta nueva dinámica de la, ya vetusta, «lucha de clases», pero aplicada a las ideas del marxismo de nueva generación, tuvo su punto álgido en el verano de 2020 con el movimiento Black Lives Matter (BLM). Aprovechando la tragedia de la muerte de George Floyd, los líderes de BLM lograron organizar una oleada de protestas que movilizaron entre 15 y 26 millones de personas en más de 600 disturbios. Las calles quedaron inundadas con las palabras Blacks Lives Matter y de carteles del desdichado mártir de la causa, George Floyd. También desataron una oleada de vandalismo y destrucción: se incendiaron vehículos, se asaltaron comercios y se derribaron estatuas.

Sin embargo, ese no fue el primer intento revolucionario de los líderes del BLM, como bien señalan Mike González y Katherine Cornell Gorka. El BLM, puesto en marcha en Estados Unidos en 2013 por la activista afroamericana Alicia Garza, que aprovechó otro caso de violencia para sacar la bandera de lo que ellos consideraban otro ejemplo de «racismo sistémico» en el país.

La Teoría Crítica de la Raza y la reescritura de la Historia

González y Gorka sitúan el referente ideológico de estos movimientos neomarxistas en la Teoría Crítica de la Raza (TCR), surgida también de las ruinas del Muro de Berlín. En 1989, juristas negros, asiáticos y mexicano-americanos fundaron la TCR, muy conscientes de que era una estrategia revolucionaria. Dicha teoría sostiene que el racismo es un elemento estructural en Estados Unidos y, por lo tanto, se ha de llevar una revolución en la cultura, lo cual conlleva su evaluación radical.

Lo que podría parecer una corriente más de interpretación histórica, fue permeando en los ámbitos académicos estadounidenses. Desde ellos, se propuso una revolución de la historia del país, llegando a plantear sus adalides una nueva fecha de fundación de Estados Unidos: en lugar del 4 de julio de 1776 con la Declaración de Independencia, pasaría a ser agosto de 1619, momento de la primera llegada de esclavos negros a Virginia.

De la TCR a la revolución del marxismo de nueva generación

A esa teoría de la desigualdad estructural de la TCR se acabaron adhiriendo el resto de elementos revolucionarios izquierdistas: el feminismo, las diferentes orientaciones sexuales e identidades autopercibidas, recogidas en unas siglas que van en aumento, o las minorías religiosas. Todo ello ha acabado degenerando en la monstruosa corriente cultural que ataca la familia, promueve la sexualización de menores —incluyendo sexo gráfico en libros u horas dedicadas a la lectura de cuentos en colegios por drag queens—, castiga la disidencia, reniega de la libertad de expresión y tiene una concepción sociopolítica totalitaria.

Mike González y Katharine Cornell Gorka analizan y profundizan en todas estas cuestiones en una obra indispensable para entender el origen y la estrategia de este marxismo de nueva generación. Así, el libro es uno de los que ha de estar en toda biblioteca de quienes tengan la preocupación del lugar al que los movimientos woke están llevando a la sociedad.

+ en
Fondo newsletter