La participación de hombres que dicen ser mujeres en categorías deportivas femeninas ha provocado que más de 600 atletas mujeres hayan perdido hasta el 30 de marzo de 2024 casi 900 medallas en 29 deportes diferentes, según ha revelado un nuevo informe de la ONU.
El documento, que señala que el número exacto de galardones perdidos podría ser mucho mayor, ha sido publicado por la relatora especial de la ONU sobre la violencia contras mujeres y niñas, Reem Alsalem, quien ha emitido una recomendación oficial para prohibir la participación de hombres en las categorías de mujeres.
Presentado el pasado 8 de octubre ante la Asamblea General de la ONU, el texto también señala el riesgo añadido que corren las mujeres al competir contra hombres biológicos, un factor que aumenta la «violencia a todos lo niveles». Alsalem detalla que las atletas femeninas «son más vulnerables a sufrir lesiones físicas graves cuando los espacios deportivos exclusivos para mujeres se abren a los hombres». Y menciona daños como dientes arrancados, conmociones cerebrales, así como fracturas de pierna o cráneo a manos de oponentes trans.
Este riesgo para la seguridad de las atletas, recuerda el documento de la ONU, no sólo existe dentro de la pista de competición, sino también en los baños o vestuarios a los que se permite el acceso de hombres. «Eliminar los espacios de un solo sexo en los deportes también puede aumentar el riesgo de acoso sexual, agresión, voyerismo y ataques físicos y sexuales en vestuarios y baños unisex», apunta.
Alsalem también concreta que este tipo de situaciones no se han solventado a través de los métodos que se estaban aplicando hasta ahora para gestionar la participación de personas trans, como puede ser el control de los niveles de testosterona. «La supresión farmacológica de testosterona en atletas genéticamente masculinos, independientemente de cómo se identifiquen, no eliminará el conjunto de ventajas comparativas de rendimiento que ya han adquirido. Este enfoque no sólo puede perjudicar a la salud del atleta afectado, sino que tampoco cumple con su objetivo declarado. Por lo tanto, los niveles de testosterona considerados aceptables por cualquier organismo deportivo son, en el mejor de los casos, no basados en evidencia, arbitrarios y favorecen asimétricamente a los hombres«, detalla el texto.
La relatora de la ONU también recuerda que, mientras las mujeres suelen ser sometidas a pruebas aleatorias para garantizar que no consumen drogas para mejorar el rendimiento, los hombres no suelen ser monitoreados para saber si están tomando medicamentos de supresión de testosterona. «Para evitar la pérdida de una oportunidad justa, los hombres no deben competir en categorías femeninas en el deporte», afirma.
Y también recomienda volver a métodos «sencillos», como las pruebas de ADN o el certificado de nacimiento, para determinar el sexo de los participantes. Si el COI hubiese seguido alguno de estos procedimientos, apunta el informe, lo ocurrido en los combates femeninos de boxeo durante los Juegos Olímpicos de París nunca hubiese sucedido.