Abengoa perdió el año pasado 1.498 millones de euros, frente a los 4.278 que ganó en 2017, debido, principalmente, a la inclusión de la deuda New Money 2 y Old Money -tramos correspondientes a la reestructuración financiera que la salvó de la quiebra- a valor de reembolso.
Dicho efecto fue compensado parcialmente por la venta de Atlantica Yield y «será revertido al finalizar la reestructuración financiera y la deuda volverá a registrarse a valor razonable», ha informado este martes la compañía de ingeniería, que en 2016 perdió 7.629 millones y en 2015 estuvo al borde de la quiebra.
En 2018, la compañía generó un resultado bruto de explotación (ebitda) de 188 millones, el 48 % más que un año antes, por la mayor rentabilidad en ciertos proyectos, la reducción de gastos generales y menor ajuste por gastos de asesores relacionados con el proceso de reestructuración financiera, que sumaron 28 millones frente a 52 de 2017.
Las ventas retrocedieron el 12 % y sumaron 1.303 millones de euros, descenso que Abengoa atribuye a la finalización de algunos proyectos, así como al retraso en el inicio de proyectos contratados a finales de 2017 y principios de 2018.
Por otra parte, los gastos generales bajaron desde los 125 millones hasta los 77 y el endeudamiento financiero bruto se situó en 5.656 millones, frente a los 5.475 millones con los que finalizó el ejercicio de 2017.
De esa deuda, 929 millones corresponden a sociedades clasificadas como mantenidas para la venta, 320 millones a financiación de proyectos y 4.407 millones a deuda financiera corporativa bruta.
La compañía cerró el año pasado con una cartera en construcción e ingeniería valorada en 1.775 millones. A lo largo del ejercicio se hizo con nuevos contratos valorados en 1.507 millones de euros en Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Chile, España, Reino Unido, México y Perú, entre otros.