La Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) ha lanzado una nueva señal de alarma: España pierde 192 comercios al día y crece sin freno el uso fraudulento de falsos autónomos en sectores altamente cualificados.
Lejos del relato oficial de recuperación, los datos son preocupantes. En un sólo mes, el país ha visto cómo centenares de pequeños negocios echan el cierre, mientras profesionales del ámbito sanitario o técnico son forzados a trabajar como autónomos sin autonomía real, una práctica cada vez más extendida y apenas perseguida.
«Si te dan la agenda, los pacientes y el horario, no eres autónomo. Son un falsos autónomos», denuncia el presidente de UPTA, Eduardo Abad, que cifra en más del 10 % los casos de falsos autónomos en empleos cualificados.
UPTA advierte de que el fenómeno no es nuevo, pero sí creciente, especialmente en sectores que demandan alta formación. Y lo atribuye, en parte, al auge del llamado «emprendimiento digital», que en muchos casos oculta relaciones laborales encubiertas.
Pese a todo, la organización destaca como positivo el balance semestral, gracias al tirón de sectores concretos y al aumento sostenido de la afiliación femenina al RETA. Aun así, Abad advierte que es urgente afrontar los problemas reales del colectivo: cierres diarios, fraude laboral, falsos autónomos y un modelo que, lejos de fortalecerse, continúa debilitándose mientras el Gobierno mira hacia otro lado.